Los Dos Roques ha reabierto en la mañana de este sábado al baño. La playa ha permanecido con bandera roja en los dos últimos días debido a la aparición en el agua del dragón azul, un molusco cuya picadura es similar a la que provoca una medusa, y a la consiguiente recomendación del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno de Canarias.
Después de las comprobaciones llevadas a cabo en las últimas horas, el servicio de socorrismo ha recomendado la reapertura al baño de la playa tras no detectarse la presencia de este molusco.
¿Es peligrosa la picadura del dragón azul?
El dragón azul, cuyo nombre científico es Glaucus atlanticus, pertenece a la familia de los gasterópodos nudibranquios, comúnmente conocidas como babosas marinas. Su hábitat natural son las aguas templadas del interior del océano, especialmente en regiones tropicales y ecuatoriales, aunque también ha sido encontrado en Sudáfrica, Australia y algunas aguas europeas.
Este pequeño animal es fácilmente identificable por su color brillante y sus seis extremidades ramificadas, que no solo le otorgan una apariencia única, sino que también almacenan veneno. El dragón azul se alimenta de medusas y acumula las toxinas urticantes de estas en sus extremidades.
A pesar de su apariencia intimidante y su capacidad para almacenar veneno, la picadura del dragón azul no es extremadamente peligrosa para los humanos. Los síntomas más comunes incluyen picor, escozor, hinchazón y enrojecimiento de la zona afectada, similares a los de la picadura de una medusa.
Sin embargo, en ciertos casos, la picadura puede provocar síntomas más graves, como vómitos, malestar general o incluso una reacción alérgica aguda, especialmente en personas con patologías previas o alergias. Es importante destacar que este animal solo ataca si se siente amenazado.
Los especialistas sugieren que la aparición del dragón azul en las costas españolas, aunque no es común, podría estar vinculada al cambio climático y al aumento de la temperatura del mar. Este fenómeno podría estar empujando a estas criaturas marinas a buscar nuevas áreas de hábitat, incluidas las costas españolas, como señala National Geographic.