Fue una actuación del Real Zaragoza a todas luces notable y en la que brillaron muchos jugadores, pero en particular Keidi Bare, que dio otra dimensión al juego zaragocista en el medio, con una exhibición de energía y fútbol, Soberón, por sus dos goles, y Marc Aguado, de rotunda capacidad en el centro del campo como complemento del albanés. El partido serio de Lluís López en la defensa y la irrupción de Aketxe y sobre todo de Luna, con goles de ambos y con el canterano desatado como interior, también fueron destacables.

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