En lo que llevamos de año, el oro ha marcado varios máximos históricos. Así, en marzo se situó en los 2.160 dólares por onza, registrando después nuevos récords hasta situarse cerca de los 2.500 dólares, niveles en los que cotiza actualmente.
Un impulso que, según explican los economistas de Morningstar, no ha estado causado por los mercados financieros. “Precisamente, la dinámica macroeconómica y monetaria ha mantenido débil la demanda de los consumidores”, aseguran desde la firma.
En este sentido, señalan que, según sus datos, los fondos cotizados sobre metales preciosos a escala mundial registraron unas entradas netas de tan solo 54 millones de dólares entre julio de 2023 y junio de este 2024.
EL «ATRACÓN DE ORO» DE LOS BANCOS CENTRALES EMERGENTES
Entonces, ¿por qué el oro se mantiene imparable? Para responder a esta pregunta, los citados estrategas apuntan a las esperadas rebajas en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal y, especialmente, a las “compras masivas de oro por parte de los bancos centrales”.
«La tendencia alcista de los precios del oro se remonta a 2022 y los factores que explican este movimiento pueden concretarse en la demanda sostenida de joyas, las inversiones en oro físico (monedas y lingotes) por parte de los inversores asiáticos y las compras masivas por parte de los bancos centrales de los países emergentes, y de China en particular, que desean diversificar sus reservas de divisas y reducir así su exposición al dólar estadounidense», agrega al respecto Charlotte Peuron, gestora de fondos del sector Oro de Crédit Mutuel AM.
“Desde el estallido de la crisis financiera en 2008, hemos asistido a un cambio de régimen fundamental, en el que los bancos centrales han revaluado progresivamente la función y la pertinencia del oro en la gestión de los activos de reserva”, remarcan sobre este punto desde Morningstar.
Así, según una encuesta realizada por el Consejo Mundial del oro, el 29% de los 70 bancos centrales encuestados tiene intención de aumentar sus reservas de oro en los próximos 12 meses, y el 81% espera un nuevo aumento de las tenencias de oro de los organismos monetarios.
«Aunque China, tras 17 meses consecutivos de compras, parece estar tomándose un respiro, creemos que las compras de los bancos centrales seguirán siendo un factor de apoyo, ya que sus reservas de oro siguen representando sólo el 4-5% de sus reservas de divisas«, comenta Charlotte Peuron.
¿POR QUÉ TENER ORO EN CARTERA EN TIEMPOS DE CRISIS?
Ante los actuales niveles de precios, los inversores expuestos al oro podrían preguntarse si no ha llegado el momento de vender y obtener una buena plusvalía.
Sobre esta cuestión, Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, considera que «el metal precioso debería seguir teniendo una presencia notable en las carteras de los inversores”.
«En las últimas décadas, prácticamente todas las crisis se han combatido con más dinero. Y es poco probable que esto cambie en el futuro», afirma este analista.
Además, resalta que «la próxima crisis podría golpear de nuevo al euro si los déficits presupuestarios siguen descontrolándose y exacerbando la tensión en la eurozona». De esta forma, recuerda que la Comisión Europea ha iniciado recientemente procedimientos presupuestarios contra siete países.
“La deuda pública estadounidense también supera el 120% del PIB. Y ninguno de los candidatos presidenciales es conocido por su estricta disciplina presupuestaria. Por lo que hay buenas razones para seguir devaluando las monedas de papel frente al oro«, añade Flossbach.
“De hecho, el oro siempre ha desempeñado un papel de diversificación, ya que tiene una correlación inversa con otros activos financieros. Esto significa que, al menos en teoría, el oro puede mejorar el perfil de riesgo/rentabilidad de una asignación financiera a medio y largo plazo”, subraya el mencionado experto.
En resumen, concluye este gestor, “está justificado recoger beneficios, pero en todas las carteras debería haber cierto espacio para el oro”.