La Policía Federal Argentina ha desmantelado lo que calificó como una célula terrorista que tenía como objetivo llevar a cabo atentados contra la comunidad judía en la ciudad de Mendoza. En un comunicado emitido el viernes, el Ministerio de Seguridad Nacional del país describió al grupo como una “organización terrorista islamista”.

El informe del ministerio detalló que siete miembros del grupo fueron detenidos y se realizaron ocho allanamientos en sus domicilios, donde se incautaron armas de fuego, cuchillos y dispositivos electrónicos.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, difundió a través de redes sociales un video del operativo, indicando que la célula fue descubierta luego de que uno de sus integrantes amenazara a un periodista perteneciente a la comunidad judía.

De acuerdo con el Ministerio de Seguridad, la organización se dedicaba a la difusión de mensajes de odio, planes de ataque y material propagandístico de grupos terroristas como ISIS y los talibanes.

Bullrich manifestó en sus redes sociales: “Vamos a deshacernos de todos y cada uno de estos delincuentes que pretenden sembrar miedo en los argentinos y lo van a pagar”.

Argentina alberga la mayor comunidad judía de América Latina. En 1994, un atentado contra un centro comunitario judío en Buenos Aires dejó 85 muertos, siendo el ataque más mortífero de este tipo en la historia del país. Anteriormente, en 1992, un ataque contra la embajada de Israel en la capital argentina causó la muerte de 22 personas.

Se ha responsabilizado al grupo terrorista libanés Hezbolá de estos atentados, los cuales habrían sido ordenados por Teherán.

El mes pasado, Javier Milei, el presidente libertario del país, y firme defensor tanto de la comunidad judía como de Israel, se comprometió a fortalecer el sistema de inteligencia nacional para evitar futuros ataques.

Este incidente ocurre poco después de que en enero fueran arrestadas tres personas de nacionalidad siria y libanesa en Argentina, sospechosas de planear un ataque terrorista.

El contexto global también es tenso, con comunidades judías en alerta máxima tras el asesinato en Beirut de un alto comandante de Hezbolá por parte de Israel, y la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. Aunque Israel no ha reivindicado el asesinato de Haniyeh, tanto Hezbolá como Irán han prometido una respuesta contundente.

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