Las consecuencias de la proliferación desmedida de los pisos turísticos genera enormes y penosos problemas para las ciudades que las sufren como una plaga. Este es el caso de Málaga, proporcionalmente el más grave de todas las capitales de provincia españolas. En la ciudad de Málaga se han registrado 6.000 viviendas en los últimos 5 años, aunque en realidad son muchos más ya que estos datos se basan en los registros oficiales y se sospecha, que son muchas las viviendas que se está dedicando al alquiler turístico, pero que no se declaran. Según la formación Con Málaga, basándose en un estudio de la Universidad de Málaga se calcula un 30% más la cifra de pisos turísticos ilegales respecto a los que sí lo son lo que elevaría el número estimado a las 14.000 viviendas turísticas. Ello ha provocado que buscar una vivienda asequible sea una misión imposible para los residentes y habitantes de la capital, ya que esa extensión de los pisos turísticos reside una de las claves en la subida de los precios del alquiler.

En ese sentido, se puede decir que Málaga más que vivir del turismo, son los turistas los que viven de los malagueños que sufren las perniciosas consecuencias de ese desmadre habitacional. Una amenaza que sufre este tipo de ciudades es que a largo plazo, crezca la turismofobia que se concrete en hostilidad hacia este fenómeno económico, sin duda, vital para Málaga.


A pesar de la falta de política resolutiva ante este hecho del Ayuntamiento de Málaga, la propia inspección de la Gerencia de Urbanismo dependiente del Consistorio, detectó recientemente que el 80% de los pisos turísticos que se dieron de alta en Málaga desde el pasado febrero incumplen la normativa municipal, que les exige contar con una entrada independiente. La amenaza que pende sobre Málaga es muy preocupante pues de no poner remedio, próximamente, en el centro histórico ya no quedarán vecinos, expulsados por el ruido del ocio nocturno y por el precio del alquiler, que está por las nubes por la presión de la vivienda turística. La situación actualmente es de tal gravedad que ya es difícil encontrar un lugar habitable para vivir con tranquilidad en el centro histórico.

Al encarecimiento de la vivienda se une las molestias de ruidos y gamberrismo de determinados turistas que sufren los residentes habituales que se ven rodeados de este tipo de pisos. Pero, también hay que sumar otro efecto muy negativo como es el de la destrucción de barrios y zonas del centro de la capital malagueña. Es el caso de la calle Carretería. Esta calle del distrito Centro de la ciudad de Málaga, cumple la función de línea divisoria entre el Centro Histórico, al sur, y los barrios de La Goleta y San Felipe Neri, al norte. Una zona emblemática y muy querida por la ciudadanía. En otros tiempos, esta vía fue una importante calle comercial de Málaga, pero ahora se ha transformado en un ejemplo de destrucción que producen estos pisos turísticos.

“Los comercios locales son un rara avis en el casco de la ciudad, mientras que calles como Carretería, con más de 300 viviendas destinadas al turismo, se ha plagado de negocios enfocados exclusivamente al visitante que han desfigurado su carácter histórico”. Esta dura afirmación del concejal socialista Mariano Ruiz, describe a la perfección la grave situación que sufre la vivienda en la capital de la Costa del Sol.

La oposición al PP en el Ayuntamiento de Málaga, lleva tiempo denunciando la proliferación de este tipo de pisos y advirtiendo de los males que está causando. Señalan que la “inacción” del alcalde popular, Francisco de la Torre, está derivando en una situación muy peligrosa que puede ser irreversible.

Los socialistas advierten de que la proliferación sin control de pisos turísticos ha comenzado a despersonalizar el centro histórico. Para el concejal Mariano Ruiz, responsable de Turismo del PSOE, “el mejor ejemplo lo tenemos en la calle Carretería, señera y con gran historia, pero que ahora cuenta con más de 300 pisos turísticos y la amplia mayoría de los negocios se enfocan exclusivamente al turista, mientras que los comercios de toda la vida han echado el cierre”.

Por todo ello piden al alcalde “que deje de vender Málaga, parcela a parcela, a especuladores y ponga la vivienda al servicio de las familias malagueñas que necesitan un lugar asequible para vivir”. Tras casi dos meses de la manifestación del 29 de junio «en la que más de 20.000 personas salieron a la calle para protestar contra el modelo turístico de Paco de la Torre, el alcalde sigue sin escuchar a la ciudadanía». Para el edil del PSOE, «un equipo de gobierno comprometido con Málaga y con sus vecinos debería haber puesto en marcha ya medidas para regular la situación de los pisos turísticos, para frenar su proliferación, para imponer una moratoria a la concesión de licencias de conversión de residencial en turístico porque esto se nos está yendo de las manos».

“Las viviendas se están convirtiendo en un negocio mientras que De la Torre le dice a las familias humildes que se vayan de su ciudad, que su marcha tiene una importancia relativa”, ha recriminado el edil socialista al alcalde.

Moreno Bonilla, en una imagen de archivo. EP.


El precio medio de alquiler, es ya de 1.200 euros, el mayor en toda España

La viralidad de estos pisos en los barrios ha dado lugar a que Málaga sea la capital española con el mayor aumento de precios del alquiler. Resaltan los socialistas “que el esfuerzo de los malagueños para el pago de la vivienda es superior al 42%, mientras que lo aconsejado es no invertir en ella más del 30% del salario”. El precio medio del arrendamiento ya ha llegado a los 1.200 euros, el mayor de todo el país. El esfuerzo medio ha subido un 13% este año, muy por encima de las ciudades de Madrid y Barcelona, mientras que, según los socialistas, “el alcalde no hace nada por dar solución a este problema y la Junta de Andalucía no construye VPO ni vivienda a precio asequible”.

Para la responsable del distrito Centro y de Vivienda en el PSOE, Carmen Martín, “el centro histórico de nuestra ciudad se ha convertido en un resort turístico, ha perdido toda su identidad. La decadencia del centro evoluciona mientras que se expulsa a sus vecinos de toda la vida, que no pueden soportar ni la masificación, ni el ruido ni el elevado precio de los alquileres”. Para la socialista, “el desarrollo de la ciudad no debe ser a cualquier precio. Antes se paseaba por el centro histórico y se encontraban caras conocidas. Ahora solo hay turistas y extranjeros por todos lados, mientras que desaparecen los comercios tradicionales, que son sustituidos por franquicias que se dedican exclusivamente al turista como cliente”.

Además, Martín se ha referido al éxodo de malagueños hacia otros barrios e, incluso, hacia otros municipios. “Hay más viviendas turísticas en el centro que vecinos, mientras que esta zona se ha convertido en un parque temático por la connivencia del Partido Popular, por el modelo de ciudad de Paco de la Torre”. De hecho, las viviendas turísticas representan ya uno de cada cinco hogares en el centro de la ciudad, mientras que en nuestra ciudad el 20 por ciento de las viviendas son pisos turísticos, según el último informe del Instituto de Estudios Urbanos y Sociales, donde reza además que el 78% de las viviendas turísticas de la actualidad en la ciudad, en torno a 12.000, fueron residenciales de larga estancia.

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