El 16 de agosto, día de San Roque, es una de las fiestas grandes de Llanes, la turística localidad del Principado de Asturias. Desde hace unos años, un vistoso espectáculo pirotécnico en la playa del Sablón pone brillante broche a una celebración en la que se vuelca buena parte del pueblo y de los numerosos visitantes que pasan sus vacaciones de verano en el concejo del oriente asturiano. Pero este año, los fuegos artificiales han terminado con un fuego muy real que ha amenazado con estropear la gran verbena del estío llanisco.
El impresionante castillo de fuegos artificiales era el colofón al encuentro regional de gaitas que este año cumplía su vigésimo quinto aniversario, y que concluyó con la ejecución del baile local, el pericote, y la interpretación del himno de Asturias en El Sablón, la popular playa urbana de Llanes. Poco antes de las 22:30, cuando el espectáculo pirotécnico estaba a punto de concluir, algunos de quienes lo contemplaban desde el paseo de San Pedro, una singular atalaya que discurre sobre la villa y al borde de los acantilados, han advertido lo que parecía una hoguera en el punto desde el cual se estaban lanzando los fuegos artificiales.
Fuego real
Enseguida el temor se confirmó. Antes de que concluyera el lanzamiento de los fuegos, cuando tenía lugar la traca final, las llamas han comenzado a consumir de manera virulenta la vegetación de la zona, formada fundamentalmente por maleza, alguna pita y arbustos de espino o cotoya. Y amenazando, de paso, varios chalés cercanos. La música ya había comenzado en el escenario de la verbena, instalada en el aparcamiento de la playa, pero todo el pueblo estaba pendiente de un incendio que parecía extenderse con rapidez.
La policía local trataba de encauzar el tráfico de vehículos y personas sin que ninguna dotación de bomberos hiciera acto de presencia cuando el fuego llevaba ya cerca de 20 minutos declarado. La columna de humo se ha dejado ver desde todos los rincones de la villa mientras se adentraba en el mar. De momento, todo ha quedado en un susto y no ha habido que lamentar daños materiales de importancia. Queda por esclarecer cómo ha podido producirse semejante incendio, pese a las habituales medidas de seguridad, y por qué no había una dotación de bomberos presente para garantizar que ninguna chispa prendiera en el entorno. Los últimos días han sido especialmente soleados y secos en un entorno como Llanes, habitualmente húmedo y lluvioso incluso en verano.