Mientras países como Portugal o el Reino Unido ya han presentado las conclusiones sobre los efectos de reducir la jornada laboral de cinco a cuatro días a la semana, España todavía no ha iniciado su propio programa piloto. Si bien las bases de la orden del Ministerio de Industria -departamento encargado de gestionar esta iniciativa- indicaban que en octubre del 2023 el experimento arrancaría y las 41 empresas que voluntariamente se apuntaron empezarían a trabajar cuatro días a la semana manteniendo las plantillas el mismo sueldo, a día de hoy el experimento sigue congelado. 

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