La joven doctora en prácticas se acostó tras un turno de 36 horas en un aula del Hospital e Instituto Médico R.G. Kar de Calcuta. Su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente semidesnudo, con numerosas heridas y signos de violación. Su muerte ha soliviantado a un país hastiado de dos viejas lacras que convergen: la violencia que sufre el personal médico y la que sufren las mujeres. 

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