Entre la conexión perdida, el retraso en su segundo vuelo y la pérdida de una de sus maletas el día se le hizo todavía más largo a Nate Sestina. Debía llegar por la mañana, a la vez que Ethan Happ, pero se sucedieron los inconvenientes. Ni siquiera eso no borro su sonrisa y su ilusión por «la oportunidad de seguir creciendo» en la etapa que comienza en el Valencia Basket. «Aún soy joven en el baloncesto europeo, estoy en mi cuarta temporada. Estoy muy agradecido por la oportunidad de haber jugado en el Fenerbahce», recordó.

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