Agentes de la Guardia Civil pertenecientes a la Sección Fiscal y Fronteras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife han detenido a un varón de 52 años, vecino de la capital tinerfeña, como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna por la tenencia de especies protegidas de fauna silvestre, en concreto, por poseer tres lagartos protegidos.

Los hechos se produjeron cuando los agentes que se encontraban realizando un punto de verificación de personas y vehículos a la llegada de un buque comercial en el puerto de Santa Cruz dieron el alto a un coche y, tras entrevistarse con el conductor, sospecharon que, al estar tan nervioso, podría estar escondiendo algo.

Conforme a ello, decidieron realizar un registro superficial del vehículo, encontrando así en su interior y de forma oculta un ejemplar vivo y joven de lagarto de pequeñas dimensiones (especie de lagarto gigante de Gran Canaria) y, dentro de la funda de los triángulos de emergencia, otros dos ejemplares más de la misma especie pero de grandes dimensiones (adultos). Esta especie está especialmente protegida conforme a lo previsto en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Al acusado le constan antecedentes policiales por hechos delictivos de la misma naturaleza.

Conforme a lo establecido en el artículo 334 del Código Penal, «será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en todo caso, inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años quien, contraviniendo las leyes u otras disposiciones de carácter general: a) cace, pesque, adquiera, posea o destruya especies protegidas de fauna silvestre; b) trafique con ellas, sus partes o derivados de las mismas».

El tráfico de animales en España

De acuerdo con la WWF, el tráfico de especies de fauna es un negocio con un volumen similar al de las drogas o las armas, pero mucho menos perseguido y sancionado. Al año, se estima que puede llegar a mover entre 8.000 y 20.000 millones de euros, y supone un crimen que está llevando al borde de la extinción a cientos de especies de animales.

España, por su ubicación estratégica, actúa como puerta de entrada a Europa del comercio ilegal de numerosas especies provenientes de América y África como aves exóticas, simios, tortugas o reptiles. Muchos de estos animales mueren durante el proceso del tráfico. Los que sobreviven, al ser incautados, son recluidos en centros de cautividad en los que no se encuentran en condiciones para sobrevivir.

Este tráfico está creciendo en todo el mundo, y aunque los controles aduaneros son cada vez más intensos, solamente son capaces de detectar aproximadamente la mitad de los intentos de tráfico. El tráfico de pieles de reptil ha crecido de manera alarmante en los últimos años, y España, por las razones expuestas, juega un papel clave en la escalada de este comercio ilegal, siendo el principal país de destino de pieles de reptil provenientes de todo el mundo.

A su vez, el caso de las angulas es también alarmante. En los últimos años se ha convertido en la especie más importante del tráfico en nuestro país, forzando al Seprona a incautar 3.000 kilos en la última temporada. Su exportación ilegal responde a la enorme demanda mundial de este producto, llegando a alcanzar los 1.500 euros en algunos mercados gastronómicos.

 

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