La cría de pulpo en cautividad ha sido un desafío colosal para la comunidad científica, para lograr completar las fases biológicas de crecimiento hasta completar el círculo con ejemplares reproductores que permitan, a la postre, reducir la presión pesquera sobre el recurso. Con esta misión se creó, en el año 2017, una alianza entre el grupo Ecobiomar –del Instituto de Investigaciones Marinas, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)– y uno de los grandes grupos industriales del país, Armadora Pereira. El leitmotiv de aquel proyecto no ha mudado aunque sí uno de sus protagonistas, porque Grupo Profand cogió el testigo de la otra pesquera viguesa y está en disposición ya de darle forma en toda su extensión. La sociedad Octolarvae, filial de Profand Fishing Holding, acaba de remitir a la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático la memoria ambiental para “un cultivo larvario de pulpo para explotación industrial”. Tendrá instalaciones propias en Meira (Moaña), con cerca de 350 metros cuadrados en la primera planta de una nave ya construida.

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