Con tan solo 45 años, Casey Harell vivía postrado en una silla de ruedas, sin apenas capacidad de movimiento y con enormes dificultad para hablar. El avance de su esclerosis lateral amiotrófica (más conocida como ELA, la enfermedad que también padeció el físico Stephen Hawking y que sufre el exportero del Barcelona Juan Carlos Unzué) no solo le había dejado sin fuerza en brazos y piernas sino que, además, le había quitado la posibilidad de comunicarse con sus amigos y familiares.

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