El boom turístico que este verano acoge Galicia es ya un hecho contrastado. Los últimos datos de su coyuntura, relativos a junio, dan cuenta de unas cifras nunca vistas antes para este mes, que concluyó con algo más de 783.000 viajeros y cerca de 1,38 millones de pernoctaciones entre hoteles, albergues, campings, apartamentos turísticos y alojamientos de turismo rural. Son datos récord, con subidas del 3% y 0,9% respectivamente frente al mismo periodo del año anterior, y son datos que además el sector está exprimiendo al máximo con un acelerón de los precios que se ha pronunciado con la llegada de julio y la más costosa temporada alta. Así lo constata el Instituto Galego de Estatística (IGE) en su nueva publicación sobre la evolución del Índice de Precios de Consumo (IPC) difundida ayer, en la que la cifra que más llama la atención es el fortísimo encarecimiento de los servicios de alojamiento prestados en la comunidad. Las tarifas de los establecimientos turísticos se han disparado un 14,1% en solo un mes, casi 16 veces más que la mínima subida del 0,9% registrada a nivel nacional.
Hay una doble lectura a tener en cuenta. En lo relativo al balance gallego, que se trata del mayor incremento para un mes de julio desde la crisis inmobiliaria de 2008. Entonces fue del 14,8%. Ocurre lo contrario con el promedio de España, que anota el menor incremento de la serie histórica y solo se sitúa por detrás de julio de 2020, cuando los precios cayeron un 11,5% por el impacto de la pandemia del COVID.
El encarecimiento del coste por hospedarse en Galicia es, además, el mayor registrado en lo que va de año desde que se inició la estadística en 2002. Entre enero y julio, el precio de los servicios de alojamiento gestionados por la hostelería gallega ha aumentado un importante 33,2%, porcentaje que supera al máximo previo del 29,8% de los siete primeros meses de 2022.
Todo esto ha repercutido también en otras categorías asociadas al sector del turismo que recogen el comportamiento del IPC en la comunidad. Así por ejemplo pasa con el grupo de “restaurantes y hoteles”, cuyos precios se han incrementado un 6% en la autonomía y un 4,7% en España a lo largo del último año. Los servicios de alojamiento, por su parte, lo han hecho un 10,6% y un 5,3% respectivamente, y no es el único campo donde la subida es más pronunciada en Galicia. Este comportamiento se repite en la restauración y comedores (los precios se han elevado un 5,3% respecto a julio de 2023 frente al 4,6% estatal), en los servicios de transporte (un 3,8% versus 3,1%) o en las bebidas alcohólicas (2,7% versus 1,4%), potenciadas por el mayor ocio en bares y discotecas.
Frente a esta tendencia, desde el Clúster Turismo de Galicia aseguran que “Galicia parte de unos precios bajos en el sector turístico”. “Tenemos unos precios más bajos, pero vamos acortando la brecha frente a otros destinos”, pone de manifiesto su presidente, Cesáreo Pardal, añadiendo que “Galicia lleva apostando por la calidad y la diferenciación en los últimos años” y eso lleva aparejada “una subida moderada de los precios para poder atender a esa mejora en nuestra oferta”.
El IPC se elabora con cerca de 210.000 precios de los cuales informan unos 29.000 establecimientos distribuidos en 177 municipios de todo el territorio nacional, desglosándose después los datos a nivel estatal, autonómico y provincial.
El fin del IVA del aceite y las rebajas en la moda atan en corto a la inflación, que cae al 3,1%
Pese al encarecimiento de los servicios de alojamiento experimentado en Galicia el pasado mes, el balance general deja buenos datos para la comunidad en el conjunto de la cesta de la compra. Algunos responsables son la caída del precio de los alimentos, motivada en parte por la supresión del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del aceite de oliva, así como el bajón de los precios de la moda tras arrancar la temporada de rebajas de verano.
Así, el IPC se redujo un 0,5% en julio en Galicia respecto al mes anterior y recortó seis décimas su tasa interanual, hasta el 3,1%. Esta cifra sitúa a la autonomía por encima de la media, ya que el IPC en España cerró el séptimo mes del año en el 2,8%, recortando también seis décimas en comparación con el 3,4% de junio.
En lo tocante a Galicia, como también afecta al resto del conjunto estatal, hay que tener en cuenta la caída de los precios en la alimentación, que retroceden un 0,8% frente a junio. La disminución es liderada por el abaratamiento del aceite y las grasas, que cae un 6,3% en la comunidad tras la supresión del IVA para el aceite de oliva que entró en vigor a comienzos de julio y mantendrá el tipo en el 0% hasta el 30 de septiembre (después pasará al 2% hasta finales de diciembre, todo ello menos que el 5% al que estuvo hasta junio). Otros alimentos que también bajan en Galicia son la fruta fresca (-1,7%), los huevos (-1,6%) y el pescado (-1%). Y también la vestimenta (-10,4%).
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