Ha ocurrido, tan solo, en ocho años: sumando el incendio de este domingo, que ha devastado el norte de Atenas, desde 2017 una quinta parte del total de masa forestal de la región de Ática ya sido quemada, borrada del mapa. Cada verano, sin excepción desde ese año, la región ha sido atizada por varios incendios que han provocado la destrucción de miles de viviendas y -en algunos casos, como el incendio de Mati de 2018- víctimas mortales.
El incendio de este año no es una excepción: una mujer perdió la vida el domingo al verse atrapada en su casa por las llamaradas. Tras tres días de lucha contra el fuego, finalmente, la mayoría de frentes del incendio en el norte de Atenas han sido frenados, según han explicado oficiales del departamento de bomberos griego.
«El fuego aún sigue. Aún no ha sido controlado completamente», ha explicado un oficial de bomberos a la prensa griega, cuyas portadas, casi íntegramente, se dedican a preguntarse cómo ha podido el fuego llegar hasta los suburbios de la capital griega.
Más de 50.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus casas, muchas de las cuales han quedado completamente calcinadas. “Fue como si alguien hubiese detonado una bomba atómica. Las llamas llegaron de golpe. Hubo pánico. Tuve suerte de poder escapar”, ha dicho al periódico griego ‘Kathimerini’ Yorgos, un vecino de Halandri, ciudad afectada.
«Varios factores»
Así, según el Ministerio de Protección Civil griego, este último incendio en el país heleno ha sido tan devastador por «varios factores unidos, incluido un fuerte viento impredecible», lo que impidió a los bomberos tener una ventana de oportunidad para actuar durante la madrugada del domingo al lunes. Cuando los operativos llegaron sobre el terreno, el lunes por la mañana, las llamas ya habían alcanzado zonas residenciales, y en algunos casos medían más de 25 metros de altura.
«Estamos intentando mejorar y adaptar nuestras respuestas cada año. Pero las condiciones son cada vez más difíciles», dijo en una reunión de emergencia el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, según ha filtrado el ejecutivo griego a la prensa local.
Acorde a las primeras estimaciones del Gobierno griego, este incendio ha calcinado más de 10.000 hectáreas de terreno forestal: la totalidad del parque de Collserola, en Barcelona, es de 8.000 hectáreas.
«Hay muchas razones que explican lo que ha pasado, sí, y muchas de ellas tienen que ver con la respuesta tardía y un error en entender el potencial de lo que podía ocurrir. También ha habido omisiones de responsabilidad claras en el periodo de tiempo crítico antes de la temporada de incendios”, editorializa este miércoles el periódico de centro izquierda ‘To Vima’.
«Sería interesante que la oposición reclame información sobre recursos mandados para la prevención y preparación para desastres naturales. Después de todo, la única herramienta que tenemos para luchar contra la crisis climática no puede ser financiada tan solo por porcentajes de un solo dígito en el gasto público”, añade el diario.