Tiene el Real Madrid una temporada tan ilusionante como exigente por delante. Un reto de más de 70 partidos y siete competiciones que pondrá al límite a la mejor plantilla de siempre, con la llegada de Mbappé. Pero el temor de Carlo Ancelotti y su equipo es el de siempre: que una lesión grave a principio de temporada, como sucedió la pasada temporada con Militao y Courtois, cambie la hoja de ruta. El primer gran contratiempo ya tiene nombre y apellidos: Eduardo Camavinga.
El jugador francés protagonizó una escena que, por lo vivido la temporada pasada en el club blanco con el carrusel de cruzados, hizo estremecer a los presentes. Fue en un choque fortuito contra Tchouaméni durante el último entrenamiento previo a la final de la Supercopa frente a la Atalanta donde el mediocentro galo no estará. Camavinga emitió un grito seco que provocó la rápida intervención de los servicios médicos de club. La zona afectada, una vieja conocida para el de Cabinda: la rodilla.
Se desconoce el alcance de la lesión, de la que el club ofrecerá información en breve. La pierna afectada es la izquierda. A pesar de lo aparatoso del golpe y la reacción, en principio, se descarta que sea una lesión grave como la que sufrió la pasada temporada, en noviembre, cuando estaba con su selección. Se rompió el ligamento lateral externo de la rodilla izquierda tras un choque con Ousmane Démbéle. Estuvo fuera casi dos meses y se perdió diez partidos.
La de Camavinga fue la nota negativa de un entrenamiento en el que participaron 23 jugadores, los 21 del primer equipo y los jugadores del filial que han completado la convocatoria para la Supercopa de Europa: Fran González y Jacobo Ramón. En la lista y en los ejercicios también estuvo David Alaba, quien todavía está recuperándose de la rotura de ligamento cruzado que sufrió la temporada pasada.
Camavinga había ganado enteros para tener una oportunidad en Varsovia, pero esta queda ahora en manos de Tchouaméni, con el que tuvo el desgraciado incidente. El lesionado sintió rabia por la ocasión y el modo en que se presenta este incidente. Una vez más en un entrenamiento y cuando podría ganar ventaja en la cotizada lucha por el centro del campo madridista, la parcela que más incógnitas arroja.
Para tranquilidad del Real Madrid, Camavinga fue capaz de salir por su propio pie después de dolerse unos instantes en el suelo. Eso sí, se marchó cojeando y reviviendo los fantasmas de una pasada temporada que, pese a los éxitos logrados, fue un auténtico vía crucis para el conjunto blanco.