Los abruptos cambios generados por el cambio climático ocasionarán un colapso ecológico que provocará la desaparición de gran parte de la fauna y la flora de todo el planeta. De hecho, la llamada sexta extinción masiva ya está en marcha. Pero, ¿qué pasará después? Por primera vez, un grupo de investigadores ha reconstruido el posible escenario que surgirá por el calentamiento global y el resultado no es nada halagüeño. Tras la alteración de la mayor parte de los ecosistemas, la vegetación se resentirá de tal modo que tardará millones de años en poder restaurar el equilibrio de los ecosistemas.
No es la primera vez que el planeta se enfrenta a un proceso de este estilo, aunque nunca lo haya vivido de forma tan intensa. La huella que los cambios climáticos previos han dejado en la historia geológica del planeta arrojan luz sobre el destino al que se enfrentan los ecosistemas en el escenario actual.
Esta es, precisamente, la información que ha utilizado un grupo de científicos ambientales de la Escuela Politécnica Federal (ETH, por sus siglas en alemán) de Zúrich (Suiza) que, basándose en análisis geoquímicos de isótopos en sedimentos, ha estudiado qué puede suceder en el futuro en nuestro planeta.
Estudiando el pasado para anticipar el futuro
Las rocas que forman la Tierra son una muestra fidedigna de los procesos naturales que han desencadenado cambios climáticos anteriores, en especial aquellos derivados de erupciones volcánicas. En ese caso, se produce un aumento del carbono en la atmósfera, que desencadena un rápido calentamiento climático, que en el pasado se tradujo en extinciones masivas en los ecosistemas terrestres y marinos.
Es una situación similar a la que está viviendo la Tierra en estos momentos por las emisiones provocadas por el hombre. Pero la extinción no es la única consecuencia. Estos procesos también producen una alteración latente del sistema de captación de carbono. Algo que, a largo plazo, supone un retraso en la posterior recuperación del medio.
Para entender la repercusión de estos eventos, los investigadores estudiaron tres cambios climáticos significativos sucedidos en la historia geológica, siendo uno de los más relevantes el que causó la extinción masiva del Pérmico-Triásico, hace unos 252 millones de años.
A día de hoy, de ese evento solo queda una inmensa acumulación de rocas volcánicas que forman una gran provincia en Siberia, pero cuando tuvo lugar se produjeron numerosas erupciones que se prolongaron durante aproximadamente dos millones de años, hasta llegar casi al límite del Pérmico-Triásico. «Este suceso liberó unas 40.000 gigatoneladas (Gt) de carbono a lo largo de 200.000 años. El aumento resultante de las temperaturas medias globales entre 5 y 10 grados causó el evento de extinción más grave de la Tierra en el registro geológico», explica el profesor de la ETH de Zúrich Taras Gerya.
Tras esa sucesión de erupciones masivas y miles de gigatoneladas de carbono, la vegetación tardó varios millones de años en recuperarse. “Durante este tiempo, el sistema de regulación del clima y el carbono de la Tierra habría sido débil e ineficiente, lo que habría provocado otro calentamiento climático a largo plazo», asegura el autor principal del artículo, Julian Rogger, de la ETH de Zúrich.
Adaptarse o desplazarse
El tiempo que tarda el clima en alcanzar un nuevo estado de equilibrio dependerá, por tanto, de la velocidad con que la vegetación se adapte al aumento de las temperaturas. En aquel entonces algunas especies se adaptaron evolucionando para soportar el calor, mientras que otras migraron geográficamente a regiones más frías. Sin embargo, algunos eventos geológicos llegan a ser tan rápidos y catastróficos que las especies de plantas no tienen tiempo suficiente para hacer ninguna de las dos cosas.
Y los investigadores no descartan que esto último sea lo que ocurra en esta nueva alteración climática global, ahora provocada por la propia Humanidad. “Nos encontramos en una importante crisis bioclimática a nivel global”, resalta Loïc Pellissier, profesor de Ecosistemas y Evolución del Paisaje en la ETH de Zúrich y la WSL.
Un estudio de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos), publicado en la revista Science, indica que el cambio climático está acelerando dicha crisis, ya que causará, por sí mismo, la desaparición de casi un 8% de las especies actuales. Además, se estima que las poblaciones de especies de agua dulce se reducirán un 83%, las terrestres un 38% y las marinas hasta un 36%.
En este estudio los científicos aseguran haber demostrado lo que le cuesta a “la vegetación recuperarse de cambios climáticos abruptos”. Y, como recuerda Pellissier, “actualmente estamos liberando gases de efecto invernadero a un ritmo más rápido que cualquier evento volcánico anterior”.
Enlace: https://dx.doi.org/10.1126/science.adn3450
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