El tercer y último ensayo general del Misteri d’Elx deslumbró, conmovió y enamoró. Y si no que se lo pregunten a la larga lista de invitados oficiales, tanto del Patronato como del Ayuntamiento, los cuales, desde las tribunas, aliviados en parte gracias al imprescindible abanico y sorprendidos por todo lo que estaba aconteciendo ante ellos, no pudieron por más que admirar el fresco, pese al calor, que se pintó en la tarde de este martes.

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