La exprimera dama Fabiola Yáñez declaró a lo largo de cuatro horas en el consulado argentino en el marco de la causa por violencia de género iniciada contra el expresidente Alberto Fernández. Según distintos medios de prensa de la ciudad de Buenos Aires, el testimonio que ofreció por Zoom ante el juez Julián Ercolini permitió aportar precisiones, aún no dadas a conocer, sobre lo que ya se sabe: ella lo ha denunciado por lesiones graves, antes, durante y después de un embarazo, y «terrorismo psicológico», además de hablar de infidelidades a granel. «Ahora solo resta confiar en la justicia y seguir los pasos procesales», dijo Mariana Gallego, puntualizando de paso que estaba obligada a mantener la confidencialidad de lo que se dijo en la audiencia virtual. Si bien la expareja niega las acusaciones y sugiere un trasfondo oscuro en esta trama, su credibilidad tiene por estas horas el significado de una moneda devaluada. Se espera que Ercolini, un excompañero de Fernández que con los años pasó al bando de los enemigos personales, cite en breve al querellado. Por lo pronto, la declaración de Yáñez fue impugnada por la abogada del exmandatario, Silvina Carreira, porque le negaron la posibilidad de escuchar y ver la audiencia virtual. Su presencia, se le explicó, «re victimizaba» a la declarante.
«Para mí la declaración de hoy no es válida», dijo Carreira. «Hay un montón de medidas de prueba que se pueden hacer. Si (ella) puede prestar una declaración televisiva de muchas horas de la forma en que lo hizo, exponerlo públicamente (a Fernández) y ante toda la sociedad, no la revictimiza tanto la situación. Entonces, ¿por qué no permiten las preguntas de esta defensa, para que pueda ejercer mi cliente su derecho constitucional que le corresponde?».
La exprimera dama había sostenido Ayelén Mazzina, la entonces ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, le dio la espalda cuando le relató su infierno personal. Mazzina la desmintió. «Lo dije y lo sostengo: nunca estuve al tanto de la situación de violencia denunciada. Me pondré a disposición de la Justicia, que es quien debe investigar, porque no puedo permitir una falsedad sobre lo que sucedió ni que se banalice la violencia de género».
El portal ´Infobae`, que divulgó el pasado domingo la extensa entrevista realizada en Madrid, informó que Yáñez tuvo que solicitar en la capital española asistencia médica durante la última visita de Fernández, a mediados de este año. El portal reveló un informe de urgencias del Hospital Universitario donde se consigna que la paciente padecía «cefalea occipital con irradiación al cuello, malestar general, decaimiento, labilidad emocional, y disnea» como consecuencia de «un pico de estrés personal asociado al acoso que sufría de su ex pareja».
Amoríos y mentiras
Fernández abandonó el Gobierno con un muy bajo reconocimiento social debido a la crisis económica que creo las condiciones para el ascenso político de Milei. El caso Yáñez completó su demolición. La prensa argentina sale en busca de sus presuntas amantes y lo describe como una suerte de Don Juana tiempo completo que abusó de su poder frente a los propios ojos de su pareja. «En diciembre 2016 regresé y volví a vivir con él, me prometió casarse, tener hijos, todo nuevamente como al principio, pero volvió el hostigamiento, la persecución constante, y mientras yo no daba motivos para esto, en paralelo me llegaban mensajes de muchas mujeres que decían estar teniendo historias íntimas con él, lo cual él negaba. Incluso la persona que le manejaba la cuenta de Dylan, y que hoy maneja en gran medida toda la comunicación de Fernández, era una de estas personas», aseguró ella en el escrito judicial que, se informó, ratificó ante el magistrado. Una de las mujeres señaladas administraba la cuenta de X del perro collie de Fernández. La necesidad del presidente entre 2020 y 2023 de darle una voz a su mascota para que comentara asuntos mundanos le añade por estas horas un componente absurdo al litigio judicial.
Rechazo de López Obrador
Lo que se sabe y lo que se supone o inventa (rumores de tentativas de extorsión económica y problemas de alcoholismo) se choca contra el muro de la realidad y la certeza de que se está frente a una mujer violentada con distintos niveles de alevosía. Esa presunción de culpabilidad atraviesa la frontera. Andrés Manuel López Obrador, hasta hace poco un amigo del hombre que gobernó Argentina, decidió no invitarlo a México para la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, el 1 de octubre. «No coincido con su manera de pensar y su forma de ser».
Milei, comentarista permanente
Como era de esperar, Milei se ha convertido en un comentarista permanente del caso Yáñez. «De la investigación por corrupción se toma conocimiento de un caso de violencia de género. El caso involucra al expresidente Alberto Fernández, paladín del feminismo, golpeando a su mujer Fabiola Yáñez», escribió este martes en X, sin dejar de cuestionar a la víctima. «Esto NO quita que FY haya sido cómplice (en especial en pandemia) de muchas de las aberraciones del Gobierno espantoso del kirchnerismo», señaló en relación con el festejo de cumpleaños de la entonces primera dama en la Quinta de Olivos en el peor momento de la cuarentena. El anarcocapitalista también sintió la obligación de formular un comentario sobre amoríos ajenos. «Si es una pareja abierta, nada para reclamar a los tres involucrados en cada uno de los casos. Si la pareja no es abierta, implica una traición a la pareja, pero sigue en el ámbito de lo privado».
Los arrebatos virtuales de Milei son un capítulo paralelo al hecho judicial. El presidente está convencido que los episodios de dominio público son aleccionadores para los argentinos. Comparó en ese sentido la «sociedad ideal progre(sista)» con una cárcel donde el Estado se hace cargo de todas las necesidades del interno. «No hay que trabajar, vivienda gratis, salud gratis, educación gratis y servicios gratis». Una «panacea socialista» con otros beneficios. «Mucho sexo gay, todos reciben el mismo trato, todos son económicamente iguales y solo aquellos pertenecientes a las fuerzas tienen armas».
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