Gran Canaria está sumida en la tristeza tras conocerse la trágica noticia de la muerte de Carolina Ramírez, una joven de 23 años que había decidido mudarse a Londres para labrarse un futuro. El mismo día de su cumpleaños, su cuerpo fue hallado sin vida en una calle de la capital inglesa, con múltiples magulladuras que han dejado a su familia y amigos devastados.
Carolina, quien llevaba varios años compaginando su vida entre Gran Canaria y Londres, había decidido establecerse de forma definitiva en la capital londinense hace tan solo unos meses. Graduada y recién independizada, comenzaba a vivir la vida que siempre había soñado, un sueño que se vio truncado de la manera más dolorosa.
Una muerte rodeada de incógnitas
La policía británica sospecha que Carolina fue atropellada por un motociclista que, tras el accidente, se dio a la fuga. Cerca del lugar donde se encontró su cuerpo, los agentes hallaron un casco de moto, lo que ha llevado a pensar que este podría haber sido utilizado para golpearla. Sin embargo, la familia de Carolina teme que su muerte esté relacionada con los ataques racistas que se han reportado recientemente en Reino Unido.
Rogelio Ramírez, el padre de Carolina, se siente desbordado por la situación. En una entrevista que ofreció en el programa televisivo ‘Y ahora Sonsoles’ de Antena 3, expresó su frustración y dolor, describiendo el momento como «lo más duro que puede vivir un padre». Según ha relatado, el seguro de decesos al que estaban acogidos se ha negado a cubrir los gastos del traslado del cuerpo, alegando una cláusula en el contrato. Esto ha dejado a la familia en una situación desesperada, ya que el coste del traslado, la documentación y la incineración asciende a más de 10.000 libras, una suma que no pueden afrontar.
Una lucha por justicia y dignidad
La familia de Carolina no solo está lidiando con el dolor de su pérdida, sino también con la incertidumbre de no saber qué sucedió realmente esa fatídica noche. Según Rogelio, el cuerpo de su hija fue encontrado en la calle con parada cardíaca. Aunque los servicios de emergencia lograron reanimarla, el daño ya era irreversible, y Carolina falleció poco después de ser trasladada al hospital.
Un hombre ha sido detenido en relación con el caso, pero fue puesto en libertad tras negarse a declarar. La investigación sigue abierta, pero la falta de cámaras de seguridad en la zona donde ocurrió el incidente ha complicado la obtención de pruebas concluyentes. «Esperanza, impotencia, rabia y desesperación» son las palabras con las que Rogelio describe cómo se siente la familia en estos momentos.
Un llamado a la solidaridad
La familia de Carolina ha hecho un llamado a la solidaridad para poder cubrir los gastos de repatriación del cuerpo y obtener justicia para su hija. La comunidad canaria, conocida por su unidad en tiempos difíciles, ha comenzado a movilizarse para apoyar a la familia en este momento tan doloroso. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando, con la esperanza de que se esclarezcan los hechos y se haga justicia.
Carolina era una joven llena de vida, con sueños y aspiraciones que estaban comenzando a materializarse. Su muerte no solo ha dejado un vacío en su familia, sino también en todos aquellos que la conocieron y la quisieron. «Es lo más duro que puede vivir un padre», repitió Rogelio entre lágrimas, mientras continúa luchando para traer a su hija de vuelta a casa y darle el descanso que se merece.