Una persona joven, de entre 16 y 29 años, tendría que destinar prácticamente todo su sueldo (el 92,1%) para poder vivir sola de alquiler, según el último informe del Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de España con datos del segundo semestre de 2023.
Durante esos seis meses en los que se analizó la emancipación de la juventud, el precio de la vivienda continuó subiendo, tanto para comprabenta como para alquilar. Aunque, en este segundo caso, fue todavía más acuciante.
«La vivienda mediana que se podía encontrar en un portal inmobiliario tenía un precio de 968 euros al mes, 88 euros más que un año antes. Este precio era el más alto desde que existen datos y suponía el 92,1% del salario mediano neto mensual de una persona joven asalariada, lo que impedía a la amplia mayoría de la juventud emancipada poder acceder a esta forma de emancipación», destacan en el informe. En ciudades como Madrid, Barcelona, San Sebastián, Bilbao o Palma sería todavía peor.
Sin cobrar el Bono Alquiler
La única posibilidad para muchas personas jóvenes era alquilar una habitación por unos 380 euros, 10 euros más que en el primer trimestre del año anterior. Esta cantidad suponía el 36,2% del salario mediano de una persona joven, 6,2 puntos porcentuales más del 30% de gasto máximo mensual en vivienda reco- mendado por distintos organismos internacionales.
Para ayudar en esos pagos, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ya anunció que habrá una nueva convocatoria del Bono Alquiler Joven a lo largo del segundo semestre de 2024.
Se trata de una ayuda de 250 al mes para menores de 35 años que no puedan pagar la renta, y cuya partida, según la ministra, aumentará. Sin embargo, dos años después de la primera convocatoria, hay muchos jóvenes en la Comunidad de Madrid, en la Región de Murcia y en Andalucía que todavía no lo han cobrado. Que lo hagan cuanto antes es una de las reclamaciones del Consejo de la Juventud de España.
Imposible comprar una vivienda
El acceso a una casa en propiedad tampoco es fácil. Las viviendas en el mercado de la compraventa se encarecieron un 5,3% en un año, hasta alcanzar, de media, los 184.230 euros.
Esta suma, indica el Consejo de la Juventud, pese a ser inferior a las que se daban antes de la crisis inmobiliaria, era equivalente a más de 14 años y medio de un sueldo joven. Para poder pagar una entrada una persona joven debía ahorrar, de media, 55.269 euros, lo que le supondría 4,4 años de su salario íntegro. Es decir, 4,4 años sin pagar absolutamente nada, ni alquiler, ni transporte, ni comida, ni ocio.
En el informe se muestra que para adquirir una vivienda libre, los y las jóvenes de 16 a 29 años tendrían que tener unos ingresos mínimos de 32.640 euros, lo que supone casi un 159% más de los que ganan, de media, en la actualidad.
¿Qué hacer?
Para abordar este problema, la Estrategia de Juventud 2030 recoge algunos de los ejes de actuación prioritaria, como garantizar el acceso joven a la vivienda estable en alquiler, regulando el parque de viviendas nacional como un servicio social, asequible, adecuado, eficiente y salubre; favorecer la adquisición de vivienda en propiedad entre la juventud o generar un parque público de vivienda social de alquiler suficiente, asequible y eficiente desde el punto de vista energético dirigido a la juventud. Propuestas con las que coincide el Consejo de la Juventud.
«Necesitamos más alquileres asequibles para los salarios de los jóvenes pero de verdad,en los que no tengan que pagar más del 30% de sus salarios», pidió el vicepresidente del Consejo, Juan Antonio Báez, que añadió que «falta de una vez por todas de que la política se acuerde de que hay que trabajar por la juventud porque la presentación, cada vez que se presenta un informe, es mucho peor y más crónica».
«Están condenando a una generación a que no solo no pueda acceder a la vivienda, sino que en muchos casos no tengan acceso para comida u ocio», prosiguió. Y eso, dijo, también condena su salud mental.