Si bien era de esperar el adiós, nunca lo deseaba, y menos con la crudeza con que muchas veces recibes la noticia. Me ha cogido algo débil pero enseguida se me ha crecido la fuerza que llevamos en el interior y los recuerdos y cariño que nos teníamos a pesar de la diferencia de edad, para modestamente atreverme a dirigirle estas letras.

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