Si bien era de esperar el adiós, nunca lo deseaba, y menos con la crudeza con que muchas veces recibes la noticia. Me ha cogido algo débil pero enseguida se me ha crecido la fuerza que llevamos en el interior y los recuerdos y cariño que nos teníamos a pesar de la diferencia de edad, para modestamente atreverme a dirigirle estas letras.
Juan Rodríguez Drincourt, Puci para los amigos y allegados, siempre fue una magnífica persona para con todos aquellos que conocía y le conocieron.
Sería interminable y la brevedad y tiempo no lo permiten hoy, para resaltar las grandes bondades de este Gran Señor y Amigo.
Secretario general de nuestro Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria con los alcaldes que lo fueron, como Juan Rodríguez Doreste, José Vicente León, Emilio Mayoral, José Manuel Soria y algún otro que no recuerdo en este momento.
Gran aficionado a los gallos, teniendo los suyos en su finca de Firgas a donde se dirigía para verlos por verdadero placer pues era más el deleite en valorar la belleza de tan singular y extraordinarios ejemplares.
Entendido de verdad en el fútbol y con un ojo excepcional en los futuros jugadores. Admirador de Alfonso Silva y de todos aquellos canarios que triunfaron en la Península.
Por si fuera poco, la lucha canaria era otra de sus debilidades y también se acercaba a los terreros a ver las agarradas o pegadas cuando podía.
Yo le conocí practicando un deporte al que el le tenía afecto como era el frontón con raqueta y que jugábamos en el Real Club Náutico de Gran Canaria. Jugadores de aquel entonces, Justo Azcue, Rafael Miranda, Manuel de la Cueva, Eolo González, Juan Estany, Alejandro Rodríguez, Pepe Herrera, Pepe Alsó, Pepe Hidalgo, Santiago Nicolás y un sinfín de amigos que le dieron al Club Náutico gran parte de su bonita historia.
Puci, gracias por haberte conocido y por habernos tenido entre tus allegados y familia. A Irene, tu querida esposa, gracias por haberlo cuidado durante tantos años en su larga enfermedad con tanta paciencia y amor y a tus hijos y nietos nuestro sentido pesar.
He perdido a un «Gran Señor y Gran Amigo».