Canarias cuenta con siete proyectos de viviendas colaborativas, conocidas también como cohousing, que han visto reducida a la mitad «sin diálogo previo» la partida de la subvención de los fondos europeos Next-Gen destinada a impulsar este nuevo modelo de convivencia. Desde la Consejería de Bienestar Social que dirige Candelaria Delgado se justifica el recorte –de 6 millones a 3 millones– debido a «la falta de proyectos que puedan ser subvencionados» y el peligro de «pérdida de la financiación europea» por no ejecutar en tiempo y forma los fondos. En el lado contrario, las asociaciones y cooperativas reconocen que solo se han solicitado hasta la fecha un 20% de los fondos iniciales (1,2 millones), pero culpan de ello a la falta de coordinación con la consejería y al «abultado entramado burocrático administrativo que ha impedido un mejor aprovechamiento de esta oportunidad de financiación de los proyectos». Por ello, piden «establecer un canal directo y eficaz entre la administración y los gestores de las subvenciones mediante un diálogo constante y constructivo».
Una premisa que rechazan desde la Consejería de Bienestar Social, pues recuerdan que el viceconsejero Francisco Candil se ha reunido con 14 asociaciones, «por lo que el canal de comunicación está abierto», máxime cuando insisten en que «a pesar de la reducción de la cuantía de esta subvención para 2024, en el caso de que se presenten proyectos que puedan ser subvencionados, se procederá a incrementar la cuantía, de acuerdo siempre con la disponibilidad presupuestaria».
«La complejidad de los requisitos de la orden de subvención» para el acceso a las diferentes líneas de financiación, «la falta de canales directos y efectivos de comunicación con el Gobierno de Canarias» y la «tarea laboriosa y lenta» de encontrar «un solar o un edificio adecuado en un territorio limitado y con un mercado inmobiliario saturado y caro» es lo que, para la Red de Vivienda Canaria Cooperativa (Vicaco), ha provocado la baja presentación de proyectos.
«Nos tratan como si fuéramos constructoras o promotoras inmobiliarias, no son flexibles ni empáticos, y no se dan cuenta de que este tipo de proyectos requiere procesos dilatados de toma de decisiones y, sobre todo, conseguir un terreno o un edificio en el que poder ponerlos en marcha», asegura José Miguel Marrero, representante de la asociación Cogiendo carrerilla que tiene previsto adquirir en Arucas un inmueble para nueve viviendas colaborativas.
Charo Borges, secretaria del consejo rector de la cooperativa El Principio de Tenerife incide en que «todo se retrasa por no poder acceder a terrenos, llevamos en nuestro caso tres años buscando desde Puerto de la Cruz a El Rosario sin éxito».
Las asociaciones se quejan de que «nos ponen condiciones como si fueramos unas constructoras o inmobiliarias»
Lo cierto es que, según los últimos datos publicados por la plataforma inmobiliaria Idealista, el precio del metro cuadrado en Canarias alcanzó en julio su máximo histórico: 2.636 euros de media, un 16,4% más que en el mismo mes de 2023. «Los fondos propios de los cooperativistas, con independencia de la subvención, dificultan conseguir suelo a esos precios nada asequibles», insiste Charo Borges.
Como demostración de la sensibilidad y preocupación del gabinete autonómico por impulsar las viviendas colaborativas, recuerdan las seis subvenciones otorgadas el pasado 31 de julio a El Ciempiés de Arucas (6.000 euros), Sendero (30.866 euros), el Rayo Verde (19.270 euros) Taro (451.000 euros) y Entrealisios (367.181 euros). Es más, el Instituto Canario de la Vivienda (Icavi), dependiente de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda, convocó la pasada semana nuevas ayudas para la implantación y el fomento de viviendas colaborativas para el periodo 2024-2025: hasta 50.000 euros para desarrollar alojamientos compartidos en viviendas nuevas o adaptadas, cubriendo hasta 420 euros por metro cuadrado.
«Pocas cooperativas y asociaciones podrán acceder a las ayudas del Icavi, las han publicado en pleno mes de agosto, cuando está todo paralizado, y han dado muy poco plazo de tiempo para poder presentar los proyectos. El Gobierno debe entender que las subvenciones no son solo un recurso económico, que es como las usan ahora, sino un instrumento que impulse y facilite un cambio social», insiste Borges.
«El ‘cohousing’ es una alternativa muy viable para la atención a dependientes, pues una plaza de una residencia le cuesta al Cabildo unos 3.000 euros al mes. Nadie quiere devolver dinero a la Unión Europea (UE) por falta de proyectos, lo que pedimos al Gobierno es un diálogo más intenso y que colaboren con el desarrollo de las cooperativas», concluye Marrero.
El ‘cohousing’ es un modelo de vivienda colaborativa que une a un grupo de personas para diseñar sus casas a medida, compartiendo espacios y servicios comunes y así luchar así contra la soledad no deseada y favorecer el cuidado de personas dependientes. En Canarias en estos momentos hay siete cooperativas con proyectos en marcha (cuatro en Tenerife, tres en Gran Canaria y una en La Palma), aunque hay cuatro asociaciones en las dos islas capitalinas que ya han puesto en marcha los procesos administrativos para convertirse en cooperativas.
Arucas, con los dos proyectos de Ciempiés (26 unidades) y Cogiendo carrerilla (9 unidades), es el municipio que más avanzado tiene poder contar con viviendas de este tipo. Entrealisios, por su parte, pretende construir 40 viviendas en La Laguna.