Las altas temperaturas de este verano en Gran Canaria también están calentado las relaciones entre las autoridades del Cabildo, el Gobierno de Canarias y los cazadores. E incluso entre las propias asociaciones de este último colectivo, divididas ante las prohibiciones de las alertas por calor.
La suspensión de la cacería en los dos primeros fines de semana de la temporada oficial por el riesgo de incendios forestales, sin que esas jornadas perdidas se puedan recuperar después, ya ha generado una primera concentración de protesta en Cruz de Tejeda y varias sociedades de cazadores amagan con nuevas movilizaciones durante el mes septiembre si los gobiernos insular y autonómico no ofrecen respuestas a las dos reivindicaciones básicas del colectivo: la compensación de los días de prohibición por las alertas meteorológicas y una mejora de la gestión de la cacería por parte del gobierno insular.
Como primera respuesta, el consejero de Medio Ambiente del Cabildo grancanario, Raúl García Brink, emplazó este lunes a los cazadores a respetar «de forma escrupulosa» las alertas por riesgo de incendios forestales y recordó que las medidas que se están adoptando en los días de fuerte calor fueron consensuadas en el Consejo Insular de Caza, donde hay dos representantes de las sociedades de cazadores, uno de la federación deportiva y otro de los cotos privados.
Unanimidad
Ante las protestas por la imposibilidad de practicar la caza tras el levantamiento de la veda el pasado 3 de agosto, García Brink declaró que «no se entiende ese señalamiento al Cabildo y, menos aún, cuando se ha declarado una alerta por peligro de incendio forestal», pues aseguró que las decisiones del Consejo Insular de Caza «se han tomado siempre por unanimidad».
De hecho, fueron los propios representantes de las sociedades de cazadores los que plantearon restringir la actividad en toda isla cuando se diera esa situación. Anteriormente, en las alertas por calor solo se prohibía cazar por encima de la cota de los 400 o los 600 metros de altitud.
Las sociedades de cazadores de Valsequillo y La Aldea lideran las protestas
Respecto a la recuperación en noviembre o diciembre de los días perdidos de caza, el consejero de Medio Ambiente señaló que fue el Gobierno de Canarias el que rechazó esa posibilidad después de que su departamento se comprometiera a llevar esa propuesta al Consejo Regional de Caza de Canarias, que es el organismo que tiene las competencias sobre las fechas de la veda.
La temporada de caza en Gran Canaria ha tenido un inicio complicado por las condiciones meteorológicas y, de hecho, los casi 4.000 practicantes de esta actividad apenas han podido salir al campo un solo día, el 8 de agosto, pues los domingos 4 y 11 estuvo vigente la declaración de alerta por altas temperaturas. De forma espontánea, pues la convocatoria se realizó horas antes por redes sociales, un grupo de cazadores se concentró este último domingo en Cruz de Tejeda para expresar su malestar por esa interrupción de la cacería, pues entienden que las temperaturas de 30 grados siempre han sido normales en estos meses de verano. Según los convocantes, a esa protesta acudieron casi medio millar de cazadores y allí mismo se recogieron 497 firmas para pedir nuevas reuniones entre las sociedades cinegéticas y la administración.
Según el Cabildo y otras fuentes, el número de asistentes fue mucho menor y representaban en su mayoría a las sociedades de cazadores de Valsequillo y La Aldea. El presidente de la primera de ellas, Pedro López, explicó que el malestar de este colectivo se debe a que las prohibiciones por el calor solo se aplican en Gran Canaria, no en el resto de las islas, de lo que culpan al Cabildo.
También se quejan, según López, de que se suspenda la cacería, y por tanto que se impida salir al campo a los cazadores con sus perros, «mientras hay cientos de senderistas por los caminos de toda la cumbre y gente acampada en Los Llanos de Pez o de fiesta en las áreas recreativas». A su juicio, «da la impresión de que al Cabildo solo le molestan los cazadores».
Cazadores durante el acto de protesta en Cruz de Tejeda / LP/DLP
Ante la probabilidad de que este jueves se mantenga la alerta de incendios y de que se declaren algunas más durante los meses de agosto, septiembre y octubre, los convocantes de la protesta también están promoviendo reuniones de las distintas sociedades de cazadores para preparar nuevas movilizaciones.
Sin embargo, no todas las entidades están de acuerdo con esas protestas. Así, ante la convocatoria del pasado domingo en Cruz de Tejeda, la Sociedad de Cazadores de Gran Canaria La Decana, se desmarcó de ese acto y recordó que «el cierre de la actividad ante las declaraciones por alerta por incendios forestales se debe a la decisión tomada en el Consejo Insular de Caza de Gran Canaria». Por lo tanto, avalada por los cuatro representantes de los cazadores.
En una carta dirigida a todo el colectivo, «por el bien de la actividad cinegética en Gran Canaria», el presidente de La Decana, Rodolfo Marrero, consideró que la concentración «carece de fundamentos en tanto en cuanto la vía de negociación con la administración se encuentra abierta a fin de buscar alternativas y soluciones para recuperar aquellos días perdidos».
Los cazadores alegan que estar a 30 grados en agosto es lo que ha ocurrido siempre en la Isla
«Lo último que se hace ante una negociación o mesa de diálogo es salir a la calle; otra cosa es que no seamos escuchados y nosotros seremos los primeros en organizar en tiempo y forma todas aquellas concentraciones que fuesen necesarias, contando lógicamente con el apoyo unánime de todo el colectivo de la isla», apuntó Marrero en su llamamiento.
A su juicio, la protesta de Cruz de Tejeda podría «ocasionar dificultades y malentendidos» con el gestor de la caza, el Cabildo, e incumplía la ley de reuniones y manifestaciones. «Y además, recuerden que no contamos con el apoyo unánime de la sociedad civil», avisó Marrero, que es uno de los dos representantes de las sociedades en el Consejo Insular. El otro es Oliver Saavedra, de La Aldea.
Ante esas demandas, el consejero García Brink quiso dejar claro que en el área de Medio Ambiente no existe animadversión hacia la actividad de la caza y resaltó que él mismo ha participado desde que tomó posesión hace un año en todas las reuniones.
Sobre las prohibiciones en las alertas, insistió en que «fueron los propios cazadores los que se quejaron, porque todos estaban cazando por debajo de la cota de los 400 metros y eso producía un daño ecológico al estar concentrados en un espacio muy pequeño». Incluso suponía un mayor riesgo de accidente en la modalidad de caza con escopeta.
Tras sostener que las restricciones por el calor no solo afectan a los cazadores, sino a senderistas o empresas de actividades al aire libre, y afirmar que el Cabildo está imponiendo «numerosas sanciones» a los incumplidores, García Brink recalcó que «hay que ser respetuosos con las alertas por riesgo de incendios forestales y no decir que hace poco calor, pues ya hemos tenido suficientes experiencias en la isla de Gran Canaria como para ser absolutamente escrupulosos con todo lo que se refiere a la prevención».
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