Un auténtico caos. Esto es lo que asegura el sector turístico que propiciará el nuevo registro de viajeros que implantará el Ministerio de Interior el próximo 1 de octubre. Una normativa que obligará a los hoteles y otros establecimientos de hospedaje a pedir a sus clientes datos como el teléfono móvil, el correo electrónico o los métodos de pago, en una medida que, según afirman profesionales del sector en las comarcas gerundenses, será imposible de cumplir y, además, restará competitividad al sector frente a los demás países europeos, donde no existen estos requisitos. 

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