Aún colea en el ambiente el fracaso de la Operación Jaula. El territorio yermo a nivel informativo que es agosto conjuga con el ánimo de la oposición por sacar tajada de la fuga de Carles Puigdemont. Desde el minuto uno, la consigna en Moncloa era clara: los responsables no están en Madrid, sino en Cataluña. Así han disuadido las andanadas de críticas, provenientes especialmente desde la derecha, los miembros del Gobierno que se han dejado ver ante los focos en este periodo estival. Intentan reorientar el epicentro del debate hacia lo que subrayan como “importante”. Es decir, la investidura de Salvador Illa, al tiempo que señalan a los Mossos d’Esquadra como culpables de la captura fallida del expresident.
Este lunes, cuatro días después del incendio mediático que supuso el regreso del que fuera Molt Honorable, miembros del Ejecutivo han escenificado públicamente las directrices diseñadas en Moncloa. Dejaron pasar un tiempo prudencial para pronunciarse, especialmente ante la estrategia de la derecha por responsabilizar al Gobierno de lo que catalogaron como una “humillación” al Estado por parte de un “prófugo de la Justicia”. Incluso dejaron que los propios Mossos d’Esquadra y el conseller de Interior en funciones se quemasen en una rueda de prensa carente de autocrítica.
El mismo jueves, desde el Gobierno ponían las primeras migas de pan en el camino. En privado, fuentes de Moncloa desprendían cierto malestar ante la actitud de los Mossos d’Esquadra, máxime después de que el Ministerio del Interior cediera todo el protagonismo del operativo al cuerpo policial catalán. La lectura que extraen desde el entorno del Ejecutivo central es que se dejó escapar al expresident de la Generalitat después de que se desvaneciera tras dar un breve mitin ante 3.500 personas y la previa confección de un dispositivo policial férreo, según transmitían en las jornadas anteriores al regreso.
Las reclamaciones, a los Mossos
Tanto el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible como la titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones han escenificado este lunes la doctrina confeccionada en Moncloa. La responsabilidad de la fuga no es del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, sino de la Generalitat y el cuerpo policial de Cataluña. Óscar Puente lo dejaba cristalino en una entrevista concedida a RNE. “No se le puede imputar ninguna responsabilidad al Gobierno de España”, deslizaba categóricamente.
El exalcalde de Valladolid ahondaba en la cuestión, sugiriendo que quien sí tenía acceso al expresident catalán era la Generalitat. “Bueno, de hecho estuvo rodeado de Mossos durante buena parte de su acto en Barcelona. Ahí, por tanto, recaen las responsabilidades”, ha espetado ante los micrófonos del ente público. El ministro de Transportes calificaba de “performance de aparición y desaparición” lo protagonizado por Puigdemont en su regreso fulgurante, subrayando que la “responsabilidad de todo el mecanismo es de la Generalitat y de sus Mossos d’Esquadra”. Aún así, ha afeado que se hable del Estado cuando el Gobierno “lo único que tiene en este momento en Cataluña es el control de fronteras”. “Estamos en un país que está en el espacio Schengen con Francia y, por tanto, los desplazamientos entre fronteras son completamente libres”, ha justificado.
En este sentido, Puente entiende complicado el control exhaustivo de la entrada de una persona como Puigdemont en España a través de la Guardia Civil, recordando que el responsable de los Mossos habló de una actuación “más a lo Jimmy Jump que de un president de la Generalitat”. “Sinceramente, esto al final no es más que ruido. No creo que beneficie al propio protagonista ni a Junts. Yo creo que es un partido que necesita redefinir su estrategia, no puede ser que en Cataluña, el partido, digamos, que más ha pesado en su historia esté ahora al margen de los procesos de toma de decisiones, que no vaya a pesar prácticamente en el futuro inmediato de Cataluña, esté fuera del Gobierno y sigan en esta estrategia”, ha abundado.
El foco, sobre Illa
Por su parte, la ministra de Seguridad Social y Migraciones blandía la segunda pata del argumentario monclovita de control de daños. Importancia a lo verdaderamente relevante, que no es sino la consumación del fin de ciclo independentista con el desembarco de Salvador Illa en el Palau de la Generalitat. “Es lo importante”, ha precisado Elma Saiz en declaraciones a los periodistas, remitiéndose a las escuetas explicaciones que ofrecieron los Mossos sobre la fuga de Carles Puigdemont.
“Se abre una nueva etapa en Cataluña con Salvador Illa al frente del Gobierno, con una declaración de intenciones que es absolutamente coherente con esa oposición que ha hecho estos años”, ha deslizado la titular de Inclusiones. Al ser repreguntada por la fuga del expresident, Saiz ha incidido en la responsabilidad de los Mossos en el operativo, aunque remarcaba que lo fundamental de toda esta cuestión no es la performance del expresident o su posterior huida del país, sino la coronación de Illa que implica la liquidación total del proceso separatista. “Se habló de lo que verdaderamente importa a Cataluña, que es abrir una nueva etapa donde se priorice la convivencia, donde el presidente Illa ha verbalizado que gobernará para todos y todas”, ha remarcado.
Aunque no han faltado reproches al Partido Popular, especialmente tras el anuncio de su líder, Alberto Núñez Feijóo, que ha convocado a los barones conservadores con relativa premura para el mes de septiembre, advirtiendo de la “urgencia” que requiere la situación actual. Elma Saiz cree que el jefe de la oposición, que aludía al cupo catalán, “no acepta” que el Partido Socialista esté al frente de los gobiernos. “Lo que no soporta es que seamos nosotros quienes demos respuesta a los derechos, desde la convivencia, la pluralidad y gobernando para todos y todas en los diferentes territorios”, ha apostillado, al tiempo que vinculaba la “reacción” del PP a un mejunje de “desinformación y aspavientos”.
