Ver a un nuevo RCD Mallorca va para largo. La decidida apuesta por Jagoba Arrasate busca un nuevo estilo que acabará llegando tarde o temprano, pero se va a necesitar tiempo para que dé sus frutos y paciencia hasta que llegue su hora. Tanto entrenador como futbolistas son conscientes de que el cambio respecto al fútbol que defendía Javier Aguirre es grande y más tras dos temporadas de inmovilismo táctico, pero con el inicio de la Ligaeste domingo ante el Real Madrid (21:30 horas/Dazn) las prisas en el entorno y el aficionado se van a acentuar y los resultados van a marcar el halago o la crítica.
Este sábado, frente al Bolonia en el Ciutat de Palma, fue la primera oportunidad que tuvieron los seguidores mallorquinistas de ver en directo qué se ha cocinado este verano entre Son Bibiloni y Birmingham. Al margen del Burgos, el conjunto italiano por fin supuso una piedra de toque de nivel en comparación a una pretemporada marcada por los enfrentamientos contra equipos de menor entidad y que, más allá de ayudar a meter kilómetros en las piernas, no han supuesto un desafío futbolístico.
«Creo que hemos estado a la altura, hemos hecho un buen partido. El arranque me ha gustado, con las ideas muy claras. Ellos tienen calidad y te someten y ahí nos ha costado salir, hemos estado mejor apretando arriba que en repliegue. Necesitamos exigencia, que se vean las virtudes y también los defectos que tenemos», analizó Arrasate tras el partido en Son Moix.
El Mallorca quiere jugar a otro fútbol. Ante el Bolonia se vieron cuáles serán las líneas maestras del proyecto. Presión adelantada –no a la desesperada, sino escogiendo las jugadas–, laterales altos en la salida de balón, buscando generar dudas en la defensa rival y espacios para los extremos y rapidez en la transición.
Para que todo ello funcione y dé resultado se necesita tiempo y paciencia. En la primera parte ante el Bolonia el Mallorca estuvo mejor en el arranque. Asano dio la profundidad y el desmarque del que carecía el equipo el curso pasado, traduciéndose en gol tras un gran pase de Darder.
Mojica y Morey prácticamente se colocaron a la altura de Abdón a la hora de sacar Leo Román de portería. Un movimiento que puede generar desconcierto en la defensa y dar espacio a los extremos, pero que puede generar un problema si la salida no es buena.
Y es que en el repliegue, tal como apuntó Arrasate, es uno de los puntos que más está costando al Mallorca. La seguridad de la defensa de cinco ya no está y la concentración de los defensores va a tener que ser máxima en todo momento.
Por otro lado, además de implementar los nuevos automatismos, la plantilla pide a gritos caras nuevas, aunque el club habla de una plantilla «casi cerrada». El fichaje de más extremos es obligatorio al solo contar con Asano. El japonés, de lo mejor de la pretemporada, no puede ser el único con capacidad de desborde y ruptura al espacio. Larin, que ayer debutó en esa posición, está lejos de lo esperado. Ortells y su equipo tienen trabajo cuando la Liga ya está aquí.
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