La violencia que agita el Reino Unido desde que tres niñas fueron asesinadas la semana pasada constituye un laboratorio de extraordinario interés para la gestión de la diversidad en nuestras ciudades. Bebe, Elle y Allie tenían 6, 7 y 9 años cuando fueron asesinadas por un adolescente, mientras ensayaban una pieza de Taylor Swift. El tiempo que tardó la policía en ofrecer toda la información sobre el asesino fue suficiente para inventar una historia falsa e insidiosa. El asesino era un joven musulmán que había llegado al Reino Unido cruzando el Canal de la Mancha.

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