Agosto es el mes de las vacaciones por excelencia. Al pensar en el octavo mes del año, el común de los mortales evocan recuerdos de playa y días de descanso y desconexión. Pero también es conocido el dicho de que «el dinero nunca duerme». En contra de lo que pudiera parecer por el parón estival, los mercados han provocado más de un quebradero de cabeza en el mes de agosto a los inversores que ya tenían el bañador en la mano. Bien es cierto, que es volumen que se negocia en las Bolsas es menor que otros meses del año. «Cualquier movimiento se magnifica y las correcciones son más abruptas que cualquier otro mes», explica Antonio Castelo, analista de iBroker.
Un ejemplo de ello fue el ‘lunes negro’ que se produjo al inicio de esta semana. La Bolsa de Japón sufrió una caída histórica del 12,4% que arrastró a las Bolsas europeas y estadounidenses. La subida del dato de desempleo en Estados Unidos y el temor a que la economía estadounidense pudiera sufrir una recesión fue el catalizador para una ‘tormenta bursátil’ que se ha corregido a lo largo de la semana, especialmente tras un dato de paro positivo en EEUU. Tras la avalancha de resultados empresariales, los inversores se temieron lo peor, aunque los analistas ya advirtieron que los datos macroeconómicos de Estados Unidos no sugerían que el país pudiese sufrir una recesión.
Pero la corrección bursátil del lunes ocupó gran espacio en los medios de comunicación, incluso en los generalistas. «En verano hay menos noticias y lo que pase en los mercados llama más la atención. En mi opinión, lo que vimos la pasada semana no fue un ‘crack’ bursátil, como lo que ocurrió en octubre del 1987. En esa ocasión el mercado cayó un 20% en un día», asegura Castelo. Pero los analistas insisten que la corrección de los mercados no debe ser preocupante si se tiene en cuenta que las Bolsas llevaban de rally desde el pasado enero. «Por este motivo una corrección entre el 5% al 15% no debería suponer una gran preocupación para los inversores, ya que muchos se verán incitados a recoger beneficios ante las recientes subidas y el temor a un enfriamiento económico. El inicio progresivo de los recortes en los tipos de interés debería ayudar a impulsar la economía durante los próximos meses», explica Joaquín Robles, analista de mercado.
Aunque la sangre no ha llegado al río en esta ocasión, el agosto de 2024 se suma a aquellos otros agostos que le han metido el miedo en el cuerpo a los inversores. Ejemplos no faltan. En el año 1997 las divisas asiáticas se desplomaron y los parqués sufrieron fuertes caídas en agosto. Tampoco 1998 fue un mes tranquilo para los inversores. En esta ocasión, una devaluación del rublo de Rusia y una moratoria para el pago de su deuda desplomaron caídas de hasta el 14% en el S&P 500. También el verano en el que estalló la guerra de Irak se produjeron fuertes correctivos en las Bolsas.
Víctor Alvargonzalez, socio fundador de Nextep Finance, recordaba en una de sus columnas que siempre hay una mayor tendencia a recordar los momentos malos que los buenos en Bolsa. «Ningún inversor se acuerda de aquel verano del año en el que no pasó absolutamente nada y los resultados empresariales fueron especialmente buenos», recuerda.
El analista Antonio Castelo recuerda bien de agosto de 2015. «China no creció y devaluó su moneda. La Bolsa bajó hasta un 6,26%. Hubo problemas en los países emergentes», recuerda. Castelo también hace referencia a otros agostos que le han quitado el sueño a los inversores como aquel de 2011 en el que se desató la crisis de deuda en la eurozona. «La gente llegó a hablar de la prima de riesgo por la calle en aquel momento», ejemplifica. Otro ‘agostos’ a los que hace referencia Castelo es el de 2008. «La Bolsa tuvo una tendencia muy bajista ese mes, aunque el crack llegó en septiembre, cuando cayó Lehman Brothers», recuerda.
Citas destacadas del verano
Una de las citas más destacadas de agosto para el mundo bursátil tiene lugar en la segunda mitad del mes. Se trata de la reunión de Jackson Hole, cita que se ha afianzado como el mayor cónclave de los bancos centrales. Los analistas esperan que la reunión sirva para despejar las incógnitas sobre la previsible rebaja de tipos de la Reserva Federal en septiembre. En el caso de 2024, la reunión de Jackson Hole se celebrará entre el 22 y el 24 de agosto.