Anni Espar, antes de subirse al podio para colgarse el oro olímpico en la piscina de La Défense, se acercó a Laura Ester, aliada en tantas batallas. «Llevo soñando con este momento desde los Juegos de Londres», le dijo. Aquel 2012 fue la primera vez que la mejor generación que tuvo siempre el waterpolo femenino español llegaba a una final olímpica. La perdieron contra Estados Unidos. La última frontera en los Juegos de Tokio volvió a ser la plata. «Pero dentro de mí sabía que esta vez sería diferente. Lo sentía».

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