Justo cuando el president de la Generalitat, Salvador Illa, finalizaba el festejo de su toma de posesión en el cargo, ha reaparecido Carles Puigdemont con un vídeo para transmitir que el «‘procés’ no ha terminado» por más que lo pregonen desde el PSC o el PSOE. “El ‘procés’ solo acabará con la independencia”, advierte. Eso sí, admite que se ha abierto una “nueva etapa” con unas “condiciones distintas” ante la “alianza tripartita” que apoyo el nuevo Govern.
Trajeado y ante un fondo blanco, junto a una ‘senyera’ y una bandera de la Unión Europea, que no permite identificar en qué sitio se encuentra; carga con dureza contra el Govern de ERC y los Mossos d’Esquadra por el dispositivo orquestado para detenerle cuando reapareció en Barcelona el día de la investidura de Illa. «Quería entrar en el Parlament, pero Interior me lo negó», asegura.
Así, acusa a la policía catalana de querer impedir el ejercicio de sus «derechos políticos, que son derechos fundamentales», porque con el operativo en marcha era prácticamente imposible que pudiera acceder a la sede de la institución sin ser arrestado. «Nunca he querido entregarme a una autoridad judicial que no es competente para perseguirnos por defender el derecho a la autodeterminación y el referéndum del 1-O», espeta.
El líder de Junts mantiene que era consciente de los riesgos que corría, pero que decidió hacer «lo imposible»: reaparecer en Catalunya y fugarse sin ser interceptado para llegar, «primero a un lugar seguro» y después a Waterloo, donde dice que se encuentra.
Ante el alud de desconcierto que generó su maniobra, apunta que «había que denunciar internacionalmente un Estado español que no se comporta de forma democrática cuando permite que jueces del Supremo se burlen de las leyes que aprueba su parlamento», en alusión al hecho de que el Tribunal Supremo considere que la amnistía no es aplicable en su caso al delito de malversación, motivo por el que sigue vigente su orden de detención al pisar suelo español.
«No hay que aceptar dócilmente lo que este Estado prepara, aunque hay que estar mentalizado por si se salen con la suya. Llegado el caso, yo lo estaba», añade. «Lo que no podía imaginar es la colaboración entusiasta de un Govern al que se le había terminado el tiempo en la rebelión judicial«, remacha, algo que tilda como «un deseo de venganza propio de otros tiempos».
La investidura de Illa
Puigdemont también ha hecho un llamamiento al independentismo para que “reactive” para “no malbaratar el capital político” de los últimos años pese a que haya quien ha decidido “acomodarse y dejarlo estar”, en clara referencia a ERC. La clave del éxito, subraya, es “encadenar miles de acciones individuales que sepan descolocar al Estado”, por lo que ha advertido que hará falta “audacia y riesgo cada vez que sea necesario”.