El PSOE y el PSC han celebrado este sábado, con la toma de posesión de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, su mayor éxito político desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, en junio de 2018.
El presidente Pedro Sánchez no ha interrumpido sus vacaciones para asistir al acto, pero sí lo han hecho cinco ministros: la vicepresidenta María Jesús Montero (Hacienda), Félix Bolaños (Presidencia y Justicia), Jordi Hereu (Industria y Turismo), Diana Morant (Ciencia) y Ernest Urtasun (Cultura), en representación de los Comunes, que aspiran a incorporarse al Ejecutivo de Illa.
En los corrillos posteriores al acto, el ministro Félix Bolaños ha recibido numerosas felicitaciones de sus compañeros de partido, que le han reconocido como uno de los principales artífices del pacto entre el PSC y ERC.
El ministro de Justicia ha replicado que se hubiera sentido «satisfecho» con lograr uno solo de los 68 votos que Illa precisaba en la sesión de investidura.
El acuerdo de 25 páginas suscrito entre ambos partidos incluye, entre otras cláusulas, el concierto económico para que la Generalitat pueda recaudar todos los impuestos que se pagan en Cataluña, el blindaje de la inmersión lingüística en la enseñanza, la ampliación de la red de embajadas de la Generalitat en el exterior, con su propio «cuerpo consular» y la posibilidad de que las selecciones nacionales catalanas puedan participar en competiciones deportivas internacionales.
La vicepresidenta de Hacienda, María Jesús Montero, ha explicado que el sistema del concierto económico (similar al que disfrutan País Vasco y Navarra por sus derechos forales reconocidos en la Constitución) no representará una amenaza para la solidaridad con el resto de regiones.
Esta propuesta precisa todavía un largo recorrido, pues el PSOE debe recabar el apoyo de todos sus socios de Gobierno para aprobar en las Cortes, con mayoría absoluta, la reforma de la Ley Orgánica de Financiación Autonómica.
Aunque destacados barones socialistas ya han mostrado su rechazo a este sistema, el PSOE no teme que llegado el momento de la votación ninguno de sus diputados nacionales se niegue a apoyar la reforma.
También habrá que persuadir a una parte de los socios de investidura, como Coalición Canarias (CC), Compromís y un sector de Sumar (IU), que rechazan otorgar este trato privilegiado a Cataluña, sin una reforma del modelo de financiación autonómica que satisfaga al resto de regiones.
En cualquier caso, ha indicado Montero, lo importante no es quién recauda, sino quién distribuye. Y en la negociación que deberá desarrollarse entre el Gobierno de Sánchez y el Govern de Illa, el primero tendrá un papel decisivo a la hora de determinar cómo se distribuyen los recursos.
El acto de toma de posesión de Illa ha contado con la presencia de dos de los tres presidentes autonómicos del PSOE: la de Navarra, María Chivite, y el de Asturias, Adrián Barbón.
En cambio, no ha querido legitimar el pacto PSC-ERC con su presencia el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien encabeza la rebelión de los barones socialistas contra el concierto económico de Cataluña.
En el acto celebrado en el Salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat sí han estado presentes destacados dirigentes socialistas como José Montilla (que presidió el último Tripartito y culminó la reforma del Estatut), José María Salas; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, presidentes de empresas públicas ligados al PSC como Marc Murtra (Indra) y Maurici Lucena (Aena). También empresarios como Ángel Simón, presidente del Grupo Agbar.
Además de Montilla, otros tres expresidentes de la Generalitat: Jordi Pujol Soley, Artur Mas y Quim Torra.
Hace apenas un año, en las elecciones del 28-M, el PP barrió buena parte del poder autonómico del PSOE, que sólo logró conservar tres gobiernos regionales. Ahora, con la investidura de Illa, los socialistas se hacen con una institución tan simbólica como la Generalitat de Cataluña.
Algo que permite al Gobierno argumentar que medidas tan polémicas como los indultos, la derogación del delito de sedición, la rebaja de la malversación o la propia ley de amnistía (adoptadas por exigencia de sus socios de Junts y ERC) han servido para pacificar Cataluña y pasar página a la década del procés.
«Ahora tenemos los dos palacios», ha dicho gráficamente, alusión al de la Moncloa y el de la Generalitat, un alto cargo del PSOE tras la toma de posesión de Illa . La interlocución directa entre Pedro Sánchez y Salvador Illa permitirá escenificar el inicio de esta nueva etapa.