Las abejas son imprescindibles para la humanidad, pues sin ellas se generaría una crisis alimentaria sin precedentes. Los polinizadores (aves, roedores, insectos…) son responsables de mantener un gran número de cultivos y, en concreto, una tercera parte de la producción mundial de alimentos depende directamente de las abejas, según expertos de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO). No es, por tanto, una cuestión de detalle. Sin abejas, estaríamos en graves problemas.
Y, sin embargo, estos insectos están en claro declive. Una de cada diez especies de abejas y mariposas (otro importante polinizador) está en peligro de extinción en Europa. Hay varias causas que explican esta situación, como la expansión de la agricultura industrial (al homogeneizar el terreno, desaparece la diversidad de flora), la urbanización del campo y, sobre todo, el uso de pesticidas y otros contaminantes. Aunque habría grandes esperanzas de que la UE aprobara un fuerte recorte en el empleo de pesticidas, finalmente no se produjo esta esperada medida, que sigue siendo insistentemente reclamada por los expertos y científicos.
Una tercera parte de la producción mundial de alimentos depende directamente de las abejas, según la FAO
Incluso en ocasiones los jardines domésticos están ahuyentando también a las abejas, y ello es debido a que cada vez se emplean plantas menos apetecibles para estos insectos, pues solo se escogen por ser fáciles de cuidar y ser más cómodas de mantener por el propietario. Es así como muchos jardines no tienen ya plantas que atraigan polinizadores.
Es por ello que crear jardines atractivos para las abejas es un reto para la sociedad actual.
Cómo ha de ser un jardín atractivo para las abejas
Un jardín que atraiga a las abejas debe incluir, antes que nada, una serie de elementos para que estos animales puedan sobrevivir y prosperar. Ante todo, comida, lugares donde anidar, y agua a la que puedan acceder fácilmente (puede usarse plato llano con algunas piedras para que las abejas puedan apoyarse).
Para lograr que se asienten en nuestro jardín, es preciso ofrecerles zonas con huecos o cavidades donde puedan instalarse, como paredes de piedra seca, o incluso ‘hoteles para insectos’, que puedes comprar en tiendas o construirte tú mismo.
Por supuesto, es imprescindible evitar pesticidas, pues, aunque combaten las plagas, también ahuyentan a las abejas. Existen formas naturales de prevenir la llegada de plagas.
Las abejas son sensibles al viento, por lo que proporcionar un cortavientos en tu jardín puede ayudar a crear un entorno más propicio para las abejas. Una cerca o un simple seto pueden ayudar a reducir el impacto del viento en las flores.
Qué plantas tener en el jardín
Antes que nada, hay que tener en cuenta las especies autóctonas, pues las abejas locales están adaptadas a ellas desde hace muchísimo tiempo, en tanto que las plantas exóticas (no propias de nuestra zona de residencia) les resultan más raras.
Los expertos aconsejan evitar las plantas con floración completa y carecen de un centro despejado. Son plantas que se han ido ‘diseñando’ para que los estambres sean sustituidos por pétalos, ofreciendo un bonito aspecto, pero sin ofrecer nada a las abejas.
Las mal llamadas ‘malas hierbas’ son también importantes para estos animales, así que conviene dejar que nuestro jardín o al menos parte de él esté un poco ‘asilvestrado’, evitando cortar las malas hierbas, o al menos dejando parte de ellas para que atraigan abejas. La ortiga, el cardo o el espino son fuente de néctar para las abejas, mariposas y abejorros.
Plantas para abejas en primavera/verano:
· Manzano
· Glicinia
· Azafrán
· Mahonia
· Grosella espinosa
· Campanilla de invierno
· Brezo de invierno
· Endrino
· Cereza dulce
· Tulipán salvaje
· Acónito de invierno
· Allium
· Zarzamora
· Cardo
· Hinojo
· Dedalera
· Campánula
· Frambuesa
· Lupino
· Romero
· Salvia
· Geranio
· Ortiga muerta
· Sedum
· Brezo
· Nébeda
· Cardo yesquero
· Lavanda
· Equinácea
· Betónica
Hay que resaltar que no hay por qué temer que las abejas vayan a picarnos, como a menudo se cree por parte de quienes no están acostumbrados a convivir con la naturaleza. Si no las molestamos, las abejas simplemente van a acudir al jardín para hacer su trabajo, por lo que la presencia humana no es para ellas un estorbo ni un motivo de irritación.
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