La agencia nuclear de Rusia, Rosatom, ha comunicado que el inesperado ataque transfronterizo de Ucrania constituyó una «amenaza directa» para una planta de energía nuclear ubicada a menos de 50 kilómetros (30 millas) de la zona de combate, en Kursk —al oeste de Rusia—.

Según la empresa rusa, este jueves en el recinto de la planta atómica fueron hallados fragmentos de unos misiles derribados, incluyendo la zona del complejo de procesamiento de residuos radiactivos.

La agencia nuclear también ha afirmado que «en este momento, hay un peligro real de ataques y provocaciones por parte del ejército ucraniano«. 

Durante una conversación telefónica con el director de la AIEA, Rafael Grossi, el director ejecutivo de Rosatom, Alexei Likhachev, ha expresado que la incursión ucraniana había «creado una amenaza directa no sólo para la planta de energía nuclear de Kursk, sino para toda la industria internacional de energía nuclear«.

Rosatom ha discutido la situación en la planta nuclear de la región de Kursk con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a raíz de la incursión ucraniana, según han reportado agencias rusas.

En respuesta, Moscú ha iniciado una «operación antiterrorista» en tres regiones fronterizas colindantes con Ucrania, con el objetivo de frenar la mayor ofensiva transfronteriza de Kyiv en el curso del conflicto que ya lleva dos años y medio.

Ucrania en Kursk

Todo esto ha sucedido después de que el martes por la mañana se reportara que distintas unidades ucranianas habían llevado a cabo un asalto a la frontera en la región occidental de Kursk, logrando avanzar varios kilómetros en un ataque sorpresivo. Además, los ataques de Kiev en Kursk dejaron ayer sin electricidad la ciudad de Kurchatov, situación se que pudo subsanar en unas horas.

Ante ello, Rusia ha movilizado tropas y equipos adicionales, incluyendo tanques, lanzadores de cohetes y unidades aéreas para hacer frente a estas fuerzas avanzadas.

El viernes por la noche, el comité nacional antiterrorista de Rusia anunció el inicio de «operaciones antiterroristas en las regiones de Belgorod, Bryansk y Kursk… con el fin de garantizar la seguridad de los ciudadanos y suprimir la amenaza de actos terroristas llevados a cabo por los grupos de sabotaje del enemigo».

La legislación rusa otorga amplios poderes de emergencia a las fuerzas de seguridad y al ejército durante las operaciones «antiterroristas».

Las restricciones incluyen confiscaciones de vehículos, la posibilidad de monitorear comunicaciones telefónicas, la declaración de zonas de prohibición, la instalación de puestos de control y el refuerzo de la seguridad en infraestructuras clave.

El comité antiterrorista también afirmó que Ucrania había intentado «desestabilizar la situación en varias regiones de nuestro país y que un ataque así no tenía precedentes«, informaron agencias francesas.

Además, han descrito la incursión ucraniana como un «ataque terrorista», alegando que las fuerzas de Kyiv habían causado lesiones a civiles y destruido edificios residenciales.

Hasta este momento, los líderes ucranianos no han emitido comentarios sobre la operación, y los Estados Unidos, aliado más cercano de Kyiv, han informado de que no habían sido notificados previamente sobre los planes.

Sin embargo, el presidente Volodímir Zelensky ha dado a entender que considera un éxito la incursión de sus tropas, y ha aseverado que Rusia debe «sentir» las repercusiones de la ofensiva de gran escala emprendida contra Ucrania desde febrero de 2022.

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