Por su ubicación estratégica entre el litoral mediterráneo y Andalucía, Mojácar se presenta ante nuestros ojos como un rincón encantador que cuenta con el reconocimiento de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Situado en la provincia de Almería, este municipio costero ofrece a los visitantes una experiencia única que combina su arquitectura morisca y su antigua historia, la cual se remonta a miles de años, con hermosos paisajes naturales, entre los que destacan, por supuesto, sus playas de arena blanca y aguas cristalinas.

De enclave fenicio a destino turístico

Los orígenes de Mojácar se sitúan en la época de los fenicios, quienes primero establecieron en la zona un importante asentamiento comercial. Posteriormente, la ciudad fue habitada por los romanos, los musulmanes y los cristianos, dejando cada cultura su huella en la región. La influencia musulmana es especialmente evidente en la arquitectura tradicional del pueblo, caracterizada por casas encaladas, puertas adornadas y patios interiores que reflejan la herencia árabe y morisca

En Mojácar Pueblo se puede observar la herencia árabe en su arquitectura morisca. 

Desde entonces, el pueblo ha pasado por diversas etapas de prosperidad y dificultades. En el siglo XIX, el descubrimiento de plata llevó a un breve periodo de auge económico, pero las minas se cerraron a principios del siglo XX, y la población sufrió a causa de guerras, sequías y diversas enfermedades. Más tarde, en la década de los 60, un plan para revitalizar el pueblo atrajo a artistas, intelectuales y periodistas, lo que ayudó a restaurar y modernizar Mojácar, convirtiéndolo en el destino turístico encantador que es hoy en día.

La espectacular geografía de Mojácar

La belleza geográfica de Mojácar es innegable. Situado en una colina a 152 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones de la Sierra Cabrera, el pueblo destaca por su paisaje montañoso y su impresionante litoral. Limitando al norte con Garrucha y Vera, al este con el mar Mediterráneo, al sur con Carboneras y al oeste con Turre, la localidad cuenta con una ubicación estratégica que le permite tener un entorno que combina playas de arena fina, acantilados y montañas, desde las que se observan unas excepcionales vistas panorámicas del mar.

Asimismo, el municipio se divide en dos partes: Mojácar Pueblo y Mojácar Playa. La primera es el núcleo histórico, con su arquitectura de estilo morisco con calles estrechas y empinadas, donde se pueden encontrar terrazas escalonadas y rincones preciosos. Por otro lado, la segunda se extiende a lo largo de más de cinco kilómetros de costa, con playas de arena dorada y aguas cristalinas. 

Impresionantes vistas de una puesta de sol desde el paseo marítimo de Mojácar Playa.

Impresionantes vistas de una puesta de sol desde el paseo marítimo de Mojácar Playa.

Un pueblo repleto de leyendas y curiosidades

Este municipio almeriense también destaca por las curiosas historias que aún se relatan sobre él, añadiendo una capa de misterio a sus calles, sus casas, sus plazas y su fascinante paisaje. Una de las más intrigantes sugiere que Walt Disney podría haber nacido en Mojácar, pues, de acuerdo con la leyenda, un bebé llamado José Guirado Zamora, nacido de una relación adúltera, fue llevado a Estados Unidos por su madre y adoptado por la familia Disney

Otro mito, de los más interesantes de la localidad es la historia de Mariquita la posá. Según cuentan, durante una horrible epidemia de peste, un viejo alquimista que vivía en una gruta era el único poseedor del remedio para curar la enfermedad, y en un acto de valentía y solidaridad María, una joven del lugar, se casó con él para obtener el antídoto y salvar a su pueblo.

Sin embargo, el alquimista se resistía a entregarle el remedio por temor a que ella lo abandonara. Una noche, María robó el frasco con el líquido mientras el hechicero dormía y lo usó para curar a todos los enfermos. Con tan mala suerte que el frasco se le rompió en la mano derecha, haciéndole una herida eterna. Desde aquel momento, la joven María, llamada cariñosamente Mariquita, se quedó encerrada en la cueva para siempre. Escuchando, al menos, el consuelo de sus vecinos, quienes le cantan agradecidos: «Sal, sal, Mariquita la posá, la de la mano agujereá, que si no la tuviera, todo el pueblo pereciera».

¿Qué ver en Mojácar?

Comienza tu visita en la Plaza Nueva, el corazón del pueblo. Un lugar que sirve de punto de encuentro y que cuenta con una vista panorámica incomparable del Valle de las Pirámides y las sierras circundantes, como las de Cabrera, Bédar y Almagrera. Cerca de esta plaza encontrarás otra, la del Ayuntamiento, donde puedes cobijarte bajo la sombra de un árbol centenario traído de las Américas. Además, esta plaza está decorada con mosaicos del símbolo del Indalo, un antiguo amuleto que representa buena suerte y protección en toda Almería.

A pocos pasos se encuentra la Iglesia de Santa María, construida a finales del siglo XVI sobre una antigua mezquita. Este edificio no solo servía para el culto religioso, sino también como fortaleza, lo que se refleja en su robusta arquitectura. Frente a la iglesia, no te pierdas la escultura de la Mojaquera, que homenajea a las mujeres del pueblo.

Estatua de la Mojaquera con la Iglesia de Santa María detrás, en Mojácar, Almería.

Estatua de la Mojaquera con la Iglesia de Santa María detrás, en Mojácar, Almería.

Siguiendo tu recorrido, llega a la Fuente Mora, un sitio histórico donde se cree que los árabes entregaron la ciudad a los Reyes Católicos en 1488. La fuente, con sus doce caños, ha sido un lugar central para la vida del pueblo durante siglos. Después, otra parada imprescindible es la Puerta de la Ciudad, un arco de medio punto que formaba parte de la antigua muralla del siglo XVI. Ahora es uno de los puntos más fotografiados de Mojácar, que invita a los turistas a explorar sus encantadoras calles. 

Por ejemplo, las estrechas y serpenteantes calles del Barrio del Arrabal, el antiguo barrio judío, que están adornadas con casas blancas y flores de colores, te atraparán con su atmósfera mágica. Y no olvides acercarte a la gruta de Mariquita la Posá, que bien merece una visita tras su acto de valentía.

Para terminar, con bien de protección solar factor 50 extendida por la cara y el cuerpo, llega el esperado momento de pasear y bañarse en las impresionantes playas de Mojácar. Siendo las más recomendables la de Marina de la Torre, Las Ventanicas y La Piedra Villazar, algunas de las cuales han sido galardonadas con la bandera azul por su calidad y servicios​.

Gastronomía: paella mojaquera y mucho más

La proximidad de Mojácar al litoral mediterráneo se ve reflejada también en su gastronomía. Así, este pintoresco pueblo de Almería tiene una variada oferta culinaria que combina sabores del mar y de la tierra, con platos como la paella mojaquera, que se prepara con arroz, mariscos frescos y una mezcla de especias que le otorgan un sabor único. O la fritura de pescado, otra especialidad local que consiste en pescado fresco rebozado y frito a la perfección.

En Níjar, el pueblo con las mejores playas de Almería, se rodaron grandes películas como 'Indiana Jones'.


También la influencia morisca en la cocina de Mojácar se hace evidente en platos como el gazpacho, hecho con tomates, pepinos, pimientos y aceite de oliva, una opción ideal para los días calurosos. Otros platos tradicionales incluyen el ajo colorao, preparado con patatas, pimientos rojos secos, y bacalao o longaniza, y las migas, un plato sencillo pero sabroso hecho con pan, ajo y otros acompañamientos.

Por último, no podemos olvidarnos de las tapas, que son una parte esencial de la experiencia gastronómica en Mojácar. Se trata de una variedad de pequeños platos que permiten degustar múltiples sabores en una sola comida: desde aceitunas marinadas hasta, curiosamente, pulpo a la gallega. 

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