Poco más de 36 horas después de haberle perdido la pista, el expresident Carles Puigdemont ha emitido un comunicado en las redes sociales en el que asegura que está en Waterloo (Bélgica), aunque no muestra pruebas de ello, y acusa a la Conselleria de Interior y a los Mossos d’Esquadra de haber «desatado una oleada represiva» para tratar de detenerle.
Puigdemont ha acusado a la policía catalana de hacer «una de las ruedas de prensa más deplorables» en la que, a su juicio, se ha mostrado la «caza de brujas» que se ha emprendido contra su círculo de confianza y personas que le acompañaron en su reaparición y posterior fuga en Barcelona por parte de «los ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva».
«La oleada represora que ha desatado el conseller Joan Ignasi Elena y el comisario en jefe de los Mossos es digna de Marlaska o Zoido», ha añadido en el escrito, en el que no menciona al Gobierno del PSOE. El líder de Junts niega haberse puesto un sombrero de paja, ni haberse escondido en un maletero, al tiempo que afirma que nunca ha residido en Hamburgo, «cosas que se inventan en los atestados policiales y tienen siempre aquello de la ‘presunción de veracidad'».
Puigdemont ha acusado a Interior de haber gastado «inútilmente dinero público» con la operación jaula que pretendía detenerle, y ha dicho que «harían más servicio combatiendo la delincuencia y el crimen organizado que no persiguiendo políticos que no tienen ni una sola condena y castigando agentes de los Mossos d’Esquadra por su compromiso cívico, y no para que hayan cometido ningún delito».