La «financiación singular» pactada por los socialistas y ERC en Cataluña abrirá un agujero económico en la caja común de las comunidades autónomas y en la del conjunto del Estado que habría de ser cubierto por una de estas dos vías: reducir los recursos que el resto de regiones obtienen del sistema de financiación (cerca del 11%) o subir impuestos (por ejemplo, un 15% el IRPF) al resto de españoles. «Inevitablemente (…), los recursos disponibles para la solidaridad interterritorial y las políticas sociales de ámbito nacional se reducirán y alguien tendrá que apretarse el cinturón a través de menores prestaciones o mayores impuestos presentes o futuro», se afirma en un nuevo análisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), conocido ayer.
Su director, el hacendista asturiano Ángel de la Fuente, hace en ese documento una tentativa («conjetura informada», según su expresión) de medir las implicaciones financieras del modelo comprometido para Cataluña: desconexión del modelo que ahora comparte con otras catorce autonomías, y recaudación y gestión de todos los tributos en el territorio, a cambio del pago de un cupo, pendiente de negociar, por los servicios que presta el Estado y de otra cantidad, también sin definir, para contribuir a la «solidaridad» con las regiones menos ricas.
De la Fuente matiza que a estas alturas y en ausencia de datos clave que no se conocen, no es posible hacer proyecciones precisas sobre las repercusiones del cupo catalán en el resto del país. Como aproximación, hace el siguiente ejercicio: partiendo de la cuantía del «déficit fiscal» que el independentismo denuncia de manera recurrente (una supuesta brecha de 22.000 millones anuales entre lo que Cataluña aporta en impuestos y recibe del Estado), el autor evalúa varios escenarios en función de la proporción de ese déficit que la Generalitat se marque como objetivo rebajar. Antes de echar números, Ángel de la Fuente llama la atención sobre el hecho de que el resto de la España de régimen común pierde con el cupo catalán por dos sumideros: el que se produciría de forma directa en el sistema de financiación (los más de 2.000 millones que Cataluña aporta como contribuyente neto) y, sobre todo, el que se registraría en las arcas del Estado al transferir a la Generalitat la recaudación íntegra (30.000 millones) que ahora obtiene en la comunidad por todos los tributos (IRPF, Sociedades, IVA y especiales).
Más dinero para Cataluña. Los recursos de los que dispondría el Govern darían un salto que, en los escenarios que De la Fuente considera más verosímiles, supondría una mejora de entre el 25% y el 50% respecto a la posición actual de la autonomía, que tiene un índice de financiación igual a la media. En una hipótesis de «máximos», el dinero disponible por habitante crecería el 85%, situándose Cataluña a la altura de las comunidades forales del País Vasco y Navarra. Si fuera así, la financiación catalana pasaría a ser un 80% superior a la que recibe Asturias, superior al promedio en 3,5 puntos.
Menos dinero para el resto. Presumiendo que el objetivo catalán sea rebajar en un 60% el «déficit fiscal» que vienen denunciando los partidos secesionistas, la Generalitat manejaría al año más de 58.000 millones de los que abonaría al Estado unos 19.000 entre el pago del cupo (análogo al vasco) y la nueva cuota de solidaridad. En esas circunstancias, los recursos para la financiación de las demás comunidades de régimen común sufrirían un menoscabo del 10,68%. Taponar esa hemorragia requeriría un recorte equivalente en el gasto (bien en el de la Administración central o en los servicios básicos que prestan las autonomías: sanidad, educación y otros sociales) o, alternativamente, una aportación extra del Estado que en último término habría de salir de los impuestos. Ángel de la Fuente, miembro de una amplia corriente de expertos muy crítica con la «financiación singular» de Cataluña, remata con el siguiente cálculo: «Si el Estado recurriera a una subida del IRPF para compensar la pérdida de recursos sin afectar a la financiación o reducir su gasto, tendría que incrementar el 29,5% la recaudación del tramo estatal del impuesto en lo que queda del territorio común». Si se tiene en cuenta que el referido tramo estatal viene a suponer la mitad de lo que se paga por el IRPF, el impacto en los contribuyentes equivaldría a una subida fiscal de casi el 15%.
Ángel de la Fuente: «Es un disparate, habría que decir no a esto y punto»
C. G.
El economista Ángel de la Fuente (Gijón, 1962), director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), repasó las claves de su último informe sobre el pacto entre PSC y ERC para un cupo catalán a cambio de la investidura de Salvador Illa. El documento, cuenta «trata de intuir por dónde pueden ir los tiros», ya que «no conocemos los números reales». Según el estudio preliminar, el pacto fiscal repercutiría con un beneficio para Cataluña de entre 6.000 y 13.000 millones de euros. En ese sentido, Ángel de la Fuente se muestra claro y conciso: «Si aportan menos a la caja común, habrá menos dinero para los demás y habrá que ajustar mucho por otro sitio, tanto en Asturias como en otras regiones». Un apunte relevante tiene que ver con las reclamaciones sobre una supuesta infrafinanciación para Cataluña, un aspecto que el economista rechaza rotundamente: «No se puede hablar de ello, aunque digan que sí. Están e la media más o menos». El hacendista gijonés recalca que la pérdida de financiación para el Estado obligará a tomar decisiones drásticas: «No sé cómo se hará, pero habrá que hacer algo. O se suben los impuestos o se baja la financiación a otras regiones», declaró, a lo que añadió que una de las vías es que «si el Estado quiere recuperar el dinero que va a perder, tendrá que subir en su tramo del IRPF casi un 30 por ciento». Por otro lado, De la Fuente aludió a la posibilidad de que, tras Cataluña, otras regiones puedan requerir el mismo trato fiscal para ellas. En ese sentido, explicó que «un aumento de entre el 25 y 50 por ciento de la financiación costaría de 30.000 a 62.000 millones de euros. ¿De dónde va a salir el dinero? Es un disparate. Habrá que subir los impuestos mucho o recortar los gastos de forma radical, lo cual no es sensato. Hay que decir no a esto y punto».
El alcalde de Siero: «¿Cuándo vamos a pensar en el resto del país?»
Luján Palacios
«Vivimos en un gran país con el que algunos se empeñan en acabar». El alcalde de Siero, el socialista Ángel García, recién aterrizado de un viaje a Pakistán, tiene muy claro que «lo primero debe ser la solidaridad», y por ello ayer se manifestó «totalmente en contra» del pacto fiscal de Cataluña. «Ya lo tenía claro antes, pero ahora cada vez más si cabe», sostiene, convencido de que «tenemos la inmensa suerte de vivir en uno de los mejores países del mundo, y lo prioritario es que sigamos disfrutando de la solidaridad del territorio, dentro de un proyecto de país». «Está muy bien trabajar para que a Cataluña le vaya bien, para mejorar la convivencia y para que haya paz social. Pero me pregunto cuándo vamos a trabajar para que al resto de España también le vaya bien, cuándo vamos a pensar en el resto del país», reflexiona. Al regidor sierense le preocupa que las cesiones con Cataluña repercutan en «la realidad de todas las comunidades», y por eso afirma que «tendría que haber un proyecto de España en el que todos nos sintiéramos cómodos; yo me siento asturiano porque me siento español», concluye.
Las cifras
- 58.357 millones de ingresos. El traspaso de la gestión de todos los tributos que el Estado cobra en Cataluña supondría elevar de 28.000 a 58.377 millones la recaudación de la Generalitat.
- 19.245 millones de aportación. En el escenario intermedio que Ángel de la Fuente considera verosímil, Cataluña pagaría al Estado unos 19.000 millones en concepto de cupo y cuota «solidaria».
- -10,68% de pérdida de financiación. Si en el mismo escenario intermedio se opta por trasladar la pérdida de ingresos íntegramente a las demás comunidades, su merma de recursos sería cercana al 11%.
Suscríbete para seguir leyendo