La «financiación singular» pactada por los socialistas y ERC en Cataluña abrirá un agujero económico en la caja común de las comunidades autónomas y en la del conjunto del Estado que habría de ser cubierto por una de estas dos vías: reducir los recursos que el resto de regiones obtienen del sistema de financiación (cerca del 11%) o subir impuestos (por ejemplo, un 15% el IRPF) al resto de españoles. «Inevitablemente (…), los recursos disponibles para la solidaridad interterritorial y las políticas sociales de ámbito nacional se reducirán y alguien tendrá que apretarse el cinturón a través de menores prestaciones o mayores impuestos presentes o futuro», se afirma en un nuevo análisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), conocido ayer.

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