«Mi padres vinieron un año de vacaciones, y les gustó tanto que se acabaron quedando». Así relata Viviana Marton la razón de su origen tinerfeño. De aquel amor a primera vista de la pareja húngara hace ya dos décadas. Un cambio de residencia que, al poco tiempo, en concreto en 2006, trajo aparejado el nacimiento de dos gemelas llamativamente rubias: Viviana y Luana, que fueron creciendo primero en El Médano, y más tarde en Las Chafiras y Los Abrigos.

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