Al menos un millar de soldados ucranianos han cruzado la frontera entre Rusia y Ucrania a la altura de la región de Kursk, al oeste del país, protagonizando la incursión en territorio ruso de más envergadura desde el inicio del conflicto en Ucrania y obligando al mismo presidente ruso Vladímir Putin a presidir una reunión del Consejo de Seguridad ruso para tratar el asunto. Acompañados de 20 blindados y 11 tanques, estos militares ucranianos han obligado a Moscú a adoptar medidas urgentes; algunas informaciones incluso apuntan que tomaron a soldados rusos como prisioneros y obligaron a algunas localidades a evacuar a civiles.
Durante la reunión retransmitida por la televisión rusa, el presidente ha acusado a Ucrania de llevar a cabo “ataques indiscriminados” contra civiles durante sus incursiones, la última de ellas la de este miércoles en el suroeste de Rusia, en la región fronteriza de Kursk. “El régimen de Kiev ha lanzado otra provocación a gran escala, disparando indiscriminadamente con varios tipos de armas, incluyendo misiles, contra edificios civiles, casas y ambulancias”. Por su parte, Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, ha señalado por la tarde a la agencia TASS que “las unidades del grupo de tropas Norte junto con las autoridades fronterizas del Servicio Federal de Seguridad de Rusia» estaban «eliminando al enemigo en las zonas adyacentes a la frontera ruso-ucraniana”. El militar ha prometido que “la operación terminará con la derrota del enemigo y con la llegada hasta la frontera estatal».
El mismo dirigente militar ha señalado que el ataque arrancó a las 5:30 de la mañana, hora local, con el supuesto objetivo de «capturar parte del territorio del distrito de Sudzha, en la región de Kursk”, una zona cercana a un punto de tránsito de gas. De acuerdo con fuentes rusas, durante la incursión han muerto hasta el momento cinco personas y otras 24 resultaron heridas. Un total de 200 personas fueron evacuadas, mientras que cerca de un millar han salido de la región por sus propios medios y se prepararon centros de alojamiento temporales para los desplazados. Algunos canales de Telegram ucranianos han apuntado que hay tropas rusas prisioneras tras el ataque, algo que no se ha confirmado por ninguno de los dos lados. Kiev por el momento no se ha pronunciado públicamente sobre la incursión.
Precedentes parecidos
A pesar de que Rusia, desde el inicio de la guerra, ha utilizado todo tipo de armas y misiles contra objetivos ucranianos, Ucrania ha preferido no realizar contraofensivas en suelo ruso, limitándose durante la mayor parte del conflicto en atacar con drones o misiles alguna infraestructura estratégica como refinerías, puentes y centrales eléctricas, con el objetivo de perjudicar al enemigo o responder a bombardeos sobre ciudades y posiciones ucranianas.
No es la primera vez que soldados enemigos penetran en territorio ruso para buscar el caos y el pánico más que en controlar un territorio. La primera de ellas fue en mayo de 2023, en la región de Belgorod. Esta parte de Rusia, la más castigada entre las que son reconocidas por la comunidad internacional como parte del país, vio en la primavera del pasado año como algunos soldados enemigos asaltaban la frontera y buscaban mandar una señal: hay rusos dispuestos a ir contra Putin por la vía armada. La mayor parte de ellos fueron rusos que están en contra del régimen actual y que luchan junto a Ucrania. Kiev se desentendió de ellos, y aunque contaban con su beneplácito para entrar desde territorio ucraniano, no respondían a órdenes de sus militares y fueron repelidos por las tropas rusas. Meses más tarde, en marzo de 2023, en la misma región de Kursk, volvieron a hacer una intentona parecida e incluso llegaron a controlar un pueblo cerca de la frontera, Tetkino.