Los frutos secos con cáscara tienen una fuerte influencia en la práctica naturista. Además de ser un aperitivo clásico de nuestro país, su consumo está asociado a la medicina ayurvédica. Esta es una de las tradiciones curativas más longevas del planeta. La misma concede la importancia de preparar bien ciertos alimentos para obtener sus beneficios.
Esta medicina tradicional originaria de la India hace hincapié en remojar las almendras. Esta práctica potencia los beneficios nutricionales de este fruto seco, facilitando su digestión y absorbiéndose mejor en el organismo. El remojo equilibra los principios biológicos que regulan las funciones del cuerpo, llamados ‘doshas’ en esta cultura.
El concepto es que remojando las almendras se eliminan sustancias que podrían desequilibrar el sistema digestivo. Remojando las almendras, se contribuye a la activación de enzimas. Estas hacen que los antinutrientes se descompongan, facilitando la digestión.
Desde el portal especializado ‘Cuerpo Mente’, indican que «al remojarlos en un ambiente templado simulamos el riego de la lluvia, generamos las posibilidades de poner en marcha su crecimiento y comienzan a desplegar todo su potencial. Es la manera de abrir el precinto», apuntan. Desde ‘Conasi’, sitio experto en cocina saludable, recomiendan remojar las almendras entre 6 y 12 horas, para después «cambiar el líquido 2 o 3 veces, enjuagar bien y escurrir».