La hemeroteca y Amadeo Salvo son enemigos íntimos. Una década después del proceso de venta del Valencia CF hay un sinfín de frases que siguen persiguiendo al expresidente valencianista, que ejerció como ariete principal para derribar la puerta de Mestalla y ceder la entrada a las ‘huestes’ de Peter Lim.
Diez años después, la llegada del singapurense ha acabado por suponer la destrucción de un club histórico, la decadencia de un equipo que antes de la llegada de ambos se codeaba con los grandes de Europa y ocupaba puestos de privilegio en la liga española.
Las frases de Salvo en el infausto verano de 2014 fueron poco más de un Caballo de Troya, el anuncio de un mesías que venía a salvar al Valencia y guiarlo hacia la grandeza. Se habló de soñar con ganar la Champions, también de firmar a grandes jugadores, de mudarse a un estadio de cinco estrellas aunque para eso Lim tuviese que poner el dinero… un sinfín de mentiras con las que se logró convencer al valencianismo que Lim era un regalo.
Una de las afirmaciones que más constantemente se trae a colación porque representa la estafa que se hizo al pueblo de Mestalla en el proceso de venta de manera recurrente es aquel: «Ya no vamos a tener que vender futbolistas» que espetó, literalmente, Amadeo Salvo en 2014. Desde entonces Meriton y sus ayudantes han ido descapitalizando de ídolos a la parroquia de Mestalla. Paco Alcácer, Nicolás Otamendi, Carlos Soler, Dani Parejo… y el último de ellos va a ser Javi Guerra, que pondrá rumbo al Atlético de Madrid mientras que en el club buscan también hacer caja con Giorgi Mamardashvili.