Las mujeres que padecen, o han sufrido, un trastorno de conducta alimentaria (TCA) creen que no se debe hablar del cuerpo ni de su aspecto físico. También piensan que hay que poner el foco en el negocio del cuerpo, ese que hay en torno a las inseguridades debido a la insatisfacción corporal.
El Instituto de las Mujeres ha llevado a cabo el estudio Mujeres jóvenes y trastornos de conducta alimentaria. Impacto de los roles y estereotipos de género.Más de 660 mujeres de entre 18 y 30 años que padecen o han padecido un TCA han participado para abordar la insatisfacción corporal y la baja autoestima por la continua presión sobre los cuerpos de las mujeres.
También han planteado cuestiones como el estigma del peso en cuerpos no normativos y el papel que juegan agentes de socialización como los medios de comunicación, las redes sociales o industria audiovisual. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres encuestadas consideran que se tienen que llevar a cabo intervenciones que favorezcan la relación de las mujeres con sus cuerpos y autoestima (el 90%), o que es necesario llevar a cabo regulación a través de leyes y normativas en diversas industrias.
Las presiones del entorno
Muchas, sobre todo aquellas que no tienen un cuerpo normativo, han sufrido presiones del entorno cercano, que les han prescrito dietas y supuestos estilos de vida saludables para que «cuidasen su salud».
Experiencias que, según las participantes, les ha llevado a la vergüenza y al autodesprecio, y a la creencia de que tienen que hacer dietas o dejar de comer. «En definitiva, su salud mental se ve afectada porque viven distintas situaciones en las que se sienten señaladas, estigmatizadas, infravaloradas, humilladas y discriminadas», advierten las autoras del trabajo. Eso termina por hacer que su propósito vital sea adelgazar, y que se sometan a dietas o ejercicio excesivo.
Además, las mujeres que padecen o han padecido un trastorno alimentario con cuerpos no normativos (respecto al ideal de delgadez) reconocen que no encuentran referentes con diversas formas corporales ni en los medios de comunicación, ni en las redes sociales, ni en la industria audiovisual.
Muchas evitan ir al médico por miedo a ser humilladas y amonestadas por su peso, y no acuden a actividades deportivas o de ocio como gimnasios. El motivo es que les resultan «espacios hostiles por su peso».
Crecen los TCA entre las adolescentes
Los TCA son un problema de salud cada vez más presente. Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), se estima que entre el 4,1% y el 6,4% de las mujeres en España desarrollan cada año alguno de los cuadros incluidos en los trastornos alimentarios.
Un estudio internacional ha constatado que el número de casos de trastornos alimentarios se ha duplicado en los últimos 18 años, pasando de una prevalencia del 3,4% de la población al 7,8% entre 2000 y 2018. Sin embargo, apuntan en el informe, estas cifras podrían ser mayores ya que suelen estar infradiagnosticados.
Otro dato que resaltan como «preocupante» es que los trastornos alimentarios se están iniciando a edades cada vez más tempranas. La mayoría de los casos diagnosticados continúan produciéndose durante la adolescencia.
Por eso, entre las acciones a desarrollar para frenarlos, inciden en la «necesidad de cambiar los roles y estereotipos de género que continúan presentes en la cultura patriarcal y llevar a cabo campañas de sensibilización y concienciación contra las discriminaciones vinculadas a la imagen corporal y la cosificación del cuerpo de las mujeres.»
Según las recomendaciones finales, estas acciones deben ir dirigidas tanto a las personas jóvenes como a sus familias y a la comunidad médica y educativa, así como a industrias y sectores como el audiovisual, la comunicación, la moda, la alimentación o la farmacéutica.