Con la China de Anna Tarrés intratable en la natación artística, España continúa con su lucha por alcanzar la primera medalla desde los Juegos Olímpicos de 2012. Siguen las nadadoras que entrena la japonesa Mayuko Fujiki manteniendo sus opciones tras la segunda de las rutinas, la libre, la misma en la que las nadadoras metabolizan todo lo aprendido. Un pequeño error del combinado español en una acrobacia hizo temer lo peor. Lo aprovechó Estados Unidos, ahora segunda en la clasificación dejando a las españolas terceras, pero no Japón, que continúa por detrás. Serán estas tres selecciones las que se jugarán la plata y el bronce, con las chinas mirándolo todo desde las alturas de un oro que se da por descontado.
Y eso que el ejercicio de España, con la música de Aladdín, tuvo una ejecución notable, con Iris Tió, Alisa Ozhogina, Paula Ramírez, Txell Ferré, Marina García Polo, Lilou Lluís, Meritxell Mas y Blanca Toledano cumpliendo de maravilla con la expresión artística, siempre clave en la rutina libre, y también con sus ejercicios híbridos. Hasta que en una de las acrobacias a Txell Ferré se le fue algo el pie. A Mayu le cambió el gesto, aunque su asistente Judit Requena no dejara de intentar levantar el ánimo a todas.
Para el equipo español no había sido fácil el lunes ver cómo, tras un ejercicio maravilloso, y después recibir la segunda mejor puntuación en la rutina técnica con una amplia ventaja sobre sus perseguidores, las reclamaciones de sus principales contrincantes, Japón y Estados Unidos, contra sus penalizaciones llegaran a buen puerto, estrechando así las distancias. Los controvertidos ‘base marks’ han revolucionado la natación artística, restando los jueces la puntuación si los equipos no cumplen con el grado de dificultad presentado antes.
Dificultad
España, ante la mirada del Rey Felipe VI, presente en el Centro Acuático de Saint-Denis, se presentaba con el segundo ejercicio de máxima dificultad de las diez selecciones en liza. Sólo era inferior a la de esa Canadá que cumplió sin ‘base marks’ al ritmo de Rocky, pero mayor incluso que la de China, la gran favorita, que al amparo de la exseleccionadora española Anna Tarrés ya le va bien ejecutar como un reloj sus rutinas. Aunque mejorando también su expresión artística.
Pero esa dificultad que España pensaba cumplir (71.255) quedó rebajada por el ‘base mark’ (67.805) después de caerse una de las acrobacias. Permitió ello a la Estados Unidos que entrena la exmedallista española Andrea Fuentes, que cumple su segundo ciclo olímpico, superar a España. No así otra de las aspirantes a medalla, Japón, que también falló en una de las acrobacias y acabó con la saltadora llorando.
A falta de la jornada decisiva del miércoles, donde las selecciones estrenarán por primera vez en unos Juegos la rutina acrobática, China domina la competición con demasiada solvencia (712.4455). Estados Unidos (643.0255) ha podido sobrepasar a España (633.6119), que tendrá que mirar tanto a la posibilidad de crecer en busca de la plata, o tratar de asegurar el bronce ante la cercanía de Japón (627.9308).