Lo del griego Miltiadis Tentoglou y la longitud y empieza a ser como cuando Usain Bolt corría los 200 metros. Además, esta vez no lo ha dejado todo para la sexta ronda y en la segunda se ha ido a 8,48, sentenciando su segundo oro olímpico seguido en una jornada vespertina del martes en la que ha brillado con luz propia Irene Sánchez-Escribano en un abarrotado Stade de France en el que ha vuelto a morder el polvo en 1.500 el noruego Jakob Inbegrigtsen.

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