David Summers y Christine Cambeiro ya disfrutan de su luna de miel en Ibiza tras su boda. La pareja ha cambiado sus trajes de novios por el bañador y descansan, espontáneos y naturales, antes de que los Hombres G retomen su gira.

Los recién casados han elegido una zona tranquila para pasar la jornada playera, alejados del bullicio veraniego de la isla. Christine camina con soltura, pero el cantante pisa inseguro y se esfuerza para no perder el equilibrio en las rocas.

Mientras la profesora prefiere sentarse en la orilla, el artista se pone las gafas de bucear y, prudente, busca el mejor sitio para adentrarse en el agua. Tras pensárselo mucho y bien sujeto a la roca, David decide que lo mejor es disfrutar del agua tumbado en la orilla, con las olas rompiendo sobre su cuerpo.

Después del baño han tomado el sol. Christine prefiere tumbarse para coger color. A su lado, David, pendiente de su móvil. Posteriormente, lo propio de unos recién casados en la playa: un beso con sabor a sal que demuestra que la pareja está tan enamorada como el primer día.

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