Los 20 ‘síes’ de ERC que necesita Salvador Illapara la investidura, están asegurados. El Jovent Republicà ha decidido cerrar filas con la decisión mayoritaria de la militancia republicana y su diputada en el Parlament, Mar Besses, votará también a favor, por lo que el PSC acudirá este martes a la ronda de consultas con el presidente de la institución, Josep Rull, con los 68 avales en el zurrón. Aunque en las últimas horas se había puesto el foco en si las juventudes de ERC podrían hacer descarrilar la entente, en la cúpula de Calàbria desde el viernes daban por sentado que las dos organizaciones se sincronizarían, por más recelos que despierte el hecho de favorecer que el líder de los socialistas lleve las riendas del Govern.
Durante todo el fin de semana, pero incluso ya desde antes durante el despliegue para explicar los detalles y abordar dudas con las bases sobre el acuerdo con el PSC, la dirección de ERC ha estado en permanente diálogo con sus juventudes, a las que ha concedido el espacio para que hagan su propio debate. El escenario de incertidumbre sobre ese voto no ha sido sobrevenido, sino que estaba previsto ya durante las asambleas previas a la consulta. Jovent es una organización autónoma, pero tienen un protocolo de relación con ERC. Justo después de las elecciones del 12 de mayo, defendió públicamente el ‘no’ a la investidura de Illa, pero entonces desconocía el alcance del pacto que se podría alcanzar.
Además, tras el resultado de la votación el viernes, fuentes conocedoras del debate en el Jovent explican que no era lo mismo a la hora de decidir que su voto fuera determinante para dar al traste con la investidura que si fuera una suerte de discrepancia sin más consecuencias. Besses, de 26 años, se ha estrenado como diputada en esta legislatura y, de hecho, formó parte de la mesa de edad por ser una de las parlamentarias más jóvenes del hemiciclo. De haber apostado por el rechazo o la abstención, Jovent se podría haber encontrado con la dimisión de la diputada y, por lo tanto, sin representante en la institución y la influencia de lo que eso implica.
Las hostilidades externas por parte del sector del independentismo que ha aumentado la presión sobre el espacio político también ha hecho su trabajo a la hora de compactar al partido con sus juventudes. Paradigmático es el comunicado de la ejecutiva de ERC en el que exige a Carles Puigdemont que «rectifique» y pida «disculpas» por culparlos a ellos de su posible detención si regresa en lugar de optar por la repetición electoral. La carta del expresident ha sentado como una jarra de agua fría en las filas republicanas, que reclaman a Junts «respeto» por la decisión que el partido ha tomado de forma democrática y lamentan que se superen «límites» simplemente porque ven lesionados sus «sus intereses electorales».
El cierre del voto de Besses es uno de los motivos por el que la ronda de contactos de Rull con los grupos para proclamar oficialmente a Illa como presidenciable y fijar la fecha del pleno de investidura se ha retrasado. Tendría que haberse celebrado este lunes, pero finalmente será mañana porque ERC alegó cuestiones de agenda que no pueden desvincularse del trámite que necesitaba culminar Jovent. Con esta carpeta resuelta, ahora sí, la investidura queda ahora a expensas de si Puigdemont vuelve a Cataluña y las consecuencias institucionales que su encarlecamiento podría provocar, además de una contestación que se está fraguando en el seno del independentismo y que habrá que ver cómo se traduce en la calle.