Dani Arce acaba de realizar una sensacional carrera en las semifinales de 3.000 metros obstáculos para acceder a la final de los Juegos Olímpicos de París con una gran cuarta plaza en una serie llena de pesos pesados para elevar la moral un tanto alicaída tras las últimas eliminaciones y a la espera del relevo de marcha y del debut de Jordan Díaz, Attaoui y compañía.
El burgalés se regaló así una final olímpica como ya hiciese el verano pasado en los Mundiales de Budapest en una nueva muestra de que es uno de los mejores atletas españoles del momento.
En ocasiones le cuesta creérselo a este atleta tan bueno dentro como fuera de la pista que lleva media vida dedicado al cuidado de su madre enferma que por fin pudo viajar para verlo en tierras húngaras.
Con el vigente campeón olímpico marroquí Soufiane El Bakkali, el etíope Getnet Wale, el tunecino Jaziri o el alemán Bebendorf como rivales, tan solo los cinco primeros tenían billete para la final.
Y Arce ha sabido sufrir como los grandes. Tras un primer mil lento (2:54.10), la carrera se endureció mucho en el segundo (5:39.44) y enloqueció en el tercero con Wale y El Bakkali al mando.
Ahí el mejor obstaculista español del momento apretó los dientes y evitó quedarse descolgado en un grupo de ocho atletas del que caerían el francés Daru y el citado Bebendorf. Eran seis para cinco puestos y Dani Arce apretó los dientes para acabar cuarto con 8:18.31.
Ahora, a descansar y a encarar una final con 15 atletas en la que lograr una plaza de finalistas se antoja casi como un objetivo quimérico. No obstante, en este mismo escenario se colgó Eliseo Martín una plata mundialista hace 21 años.
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