Tomás García Gazapo, general Jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), ha concedido una entrevista recientemente a los canales de comunicación oficiales de la Dirección General de Tráfico (DGT) en la que se tratan cuestiones de pasado, presente y futuro en las carreteras españolas.
Cuestionado por el motivo o las razones por las que se eligió a la Guardia Civil para vigilar la carretera, el mando del Cuerpo de Seguridad Pública de naturaleza militar y ámbito nacional que forma parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado expone que «la década de los cincuenta fue una época de clara transformación de la sociedad española, a la vez que comenzaba el desarrollo económico y social. En las carreteras se vivía una situación de anarquía, con incrementos notorios de la siniestralidad: en 1958 se registraron 1.711 fallecidos con poco más de 700.000 vehículos, y un servicio de vigilancia, cuando menos, poco efectivo».
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«En este escenario, en 1953 se le encomienda a la 1ª Comandancia Móvil de Madrid un ensayo para servicios de auxilio, control y seguridad del tráfico rodado en las carreteras nacionales periféricas y de acceso a la capital de España. Tras unos resultados muy satisfactorios, se creó en 1958 la primera unidad piloto de la Guardia Civil, que acabó desembocando en la creación de la Agrupación de Tráfico el 26 de agosto de 1959. Muy probablemente, se eligió a la Guardia Civil por ser un cuerpo militar, con despliegue en todas las carreteras, capacidad de auxilio y con unos mandos capaces de realizar una escrupulosa selección del personal. Sabían tratar a los usuarios, ser disciplinados y resolver», agrega García Gazapo.
Además, el general de brigada apunta que «sus cometidos fundamentales eran muy similares a los de ahora: protección y auxilio de los usuarios de las vías públicas, vigilancia y mantenimiento de la disciplina del tráfico en las vías interurbanas, instrucción de diligencias e investigación de los siniestros viales».