El bádminton celebró este lunes sus finales en los Juegos Olímpicos de París aún con el mal cuerpo de la lesión sufrida por Carolina Marín este domingo. La española, que tenía encarrilado asegurarse la medalla cuando iba ganando por 21-14 y 10-6 a la china He Bing Jiao, se ‘rompió’ la rodilla derecha tras un mal apoyo. Su imagen, abandonando entre lágrimas, es de las más tristes que han dejado hasta ahora los JJOO.
Con la retirada de Carolina, He Bing Jiao avanzó hasta la final. Se medía a la surcoreana Se Young An, número uno del mundo, y cayó derrotada en dos juegos, 21-13 y 21-16, en 52 minutos. La jugadora china se conformó con la plata y, más tarde, se subió al podio olímpico sonriente.
He Bing Jiao, además, tuvo un detalle que ha conmovido a todos los aficionados. La jugadora china quiso tener un gesto cariñoso con Carolina Marín, por su lesión, y posó en el podio con un pin de la delegación española.
He Bing Jiao ya dejó un momento emotivo el domingo, tras su partido contra Carolina Marín que no pudo terminarse por la grave lesión de la española. En la cancha, se vio a la china muy pendiente de su rival y se abrazó con ella para intentar consolarlo.
En zona mixta, respondió a las preguntas de la prensa internacional y no pudo contener las lágrimas. Rota en el llanto por el drama de su rival, explicó el gran gesto que la onubense tuvo con ella a pesar del momento de hundimiento en el que se encontraba: «Realmente no quiero que suceda este tipo de cosas. Carolina, incluso, me animó despues, diciéndome que jugara bien en la final», dijo.
La victoria de la surcoreana
El oro consolida a An, de 22 años, como la indiscutible estrella del bándminton actual, al sumar su condición de campeona del mundo y de líder del ránking a su título en París 2024. Ninguna jugadora enlazó más de cinco puntos seguidos durante el choque.
Aunque He adquirió las primeras ventajas, no tuvo paciencia para administrarlas y tras el 5-5 la igualdad fue máxima y las dos finalistas se marcaron de cerca, punto a punto. El 16-12 fue el primer margen sustancial que tuvo An y desde ahí se impulsó para apuntarse el primer juego.
El segundo parcial fue de dominio inicial del bádminton rápido y agresivo de la surcoreana, pero He no quería dejar escapar la final y llegó a empatar 11-11. Hasta ahí alcanzó su resistencia.
Aunque ambas ofrecieron síntomas de agotamiento físico, aún ofrecieron unos últimos puntos magníficos. Con 20-14, la china salvó el primer punto de partido al ganar un largo intercambio. An falló el siguiente. Pero He echó fuera el posterior intercambio y puso fin a una final de alto nivel.
El bronce fue para la indonesia Gregoria Mariska Tunjung, sin jugar debido a la lesión de Carolina Marín.