Aquí estoy. Yo y la Sagrada Família (o la Casa Batlló o la salamandra del Park Güell o el Pont del Bisbe …). Ay, qué alta es. Voy a tener que sacrificar una parte. ¿Y esas dos vecinas? ¿Qué hacen? ¡Se han parado! Están hablando. ¿Por qué hablan? Y esos carros de la compra horrorosos. Quizá puedo sombrearlos… ¿Y si los tapo con la mano? ¡Eso es! Una sonrisa. Cara de entusiasmo. He quedado fantástica. La Sagrada Família no se ve mucho, la verdad. Suficiente para dejar constancia de mi paso por Barcelona (o Sevilla o Mallorca o Tenerife…). La comparto. Ya llegan las primeras reacciones.

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