«¡Da, da, da, vtorim nomer, vtorim nomer!,» repetían a Prensa Ibérica un grupo de periodistas uzbekos al ser preguntados por las similitudes entre el mítico Cassius Clay y Loren Alfonso, el púgil nacionalizado de origen cubano que ha derrotado en una controvertida decisión a Emmanuel Reyes Pla en las semifinales de boxeo -92 kg de los Juegos de París.
Venían a decir que el hispanoazerí se mueve como pez en el agua a la contra sin lleva la iniciativa y que destaca por una defensa con guardia baja y con los hombros actuando como parapeto. Es decir, dos de las características de uno de los boxeadores más grandes de la historia y, por cierto, campeón olímpico semipesado en Roma 1960. Incluso ese vicio de levantar el brazo para celebrar golpes o, en su caso, esquivas, era una provocación habitual del estadounidense.
Sin embargo, una de las grandes diferencias entra ambos es que el de Lousville tiraba golpes potentes y acompasados mientras bailaba, mientras que el habanero apenas los ha sacado contra el ‘Profeta’, quien no compartía la decisión de los jueces al igual que el seleccionador Rafa Lozano.
«Yo estoy supercontento con mi trabajo. Llegué mucho mejor y boxeé mucho mejor. Los que no tuvieron vista fueron los árbitros. Estaban ciegos. Yo sabía que iba a ser un combate difícil. Salí a buscarlo, pero los jueces no vieron esa parte mía y sí lo vieron a él bailar y levantar la mano sin darle un golpe. Sus golpes fueron fantasmas, es que no me ha llegado, pero es lo que hay», se lamentaba el habanero.
«Ahora parece que lo que se usa es el boxeo de levantar la mano sin dar golpes. Creo que conecté muchos más golpes efectivos. Yo pensaba en disputar la final. Me sentí ganador todo el combate, pero esto depende de otras personas, no de mí. Estoy supercontento y agradecido con Dios por la oportunidad que me ha dado», prosiguió el púgil afincado en Galicia.
«Los árbitros vieron un combate distinto, porque creo que hice más para ganar con más golpes efectivos. Yo le había ganado en Italia y sabía lo que me iba a encontrar. No me voy descontento de París y nada, ahora a recoger la medalla en Roland Garros», añadió.
En esta continúa queja arbitral que se repite en bastantes delegaciones subyace la polémica que ha presidido al boxeo el último año al desterrar el Comité Olímpico Internacional a la AIBA e ‘inventarse’ a World Boxing (fundada en 2023) que aún carece de la infraestructura tanto organizativa como a nivel arbitral para una cita con tantísimos combates. Entre eso y la querencia que tienen algunos jueces por sus continentes…